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O procesiño: Fuente de Oliva, el pueblo leonés que pide anexionarse a Galicia por tres kilómetros de asfalto

Los vecinos de esta aldea situada en el límite entre comunidades autónomas llevan años reivindicando el arreglo del camino de tierra por el que tienen que llegar a sus casas

Reportajes SER | O procesiño: Fuente de Oliva, el pueblo leonés que pide anexionarse a Galicia por tres kilómetros de asfalto

Balboa (León)

No se trata de la frontera entre Rusia y Ucrania porque hasta allí por llegar, no podría llegar ni siquiera un ejército, pero la de Fuente de Oliva (11 habitantes, Balboa), una aldea situada en el límite entre Galicia y Castilla y León, es una historia que perfectamente podría desembocar en una guerra autonómica. Las grandes ciudades están envueltas en una capa de asfalto cada vez más densa mientras a este minúsculo municipio de la comarca del Bierzo, los vecinos solo pueden acceder por un tortuoso camino de tierra, lleno de barro, baches, árboles caídos y nieve. Para que los forasteros y visitantes no se asusten y den marcha atrás antes de llegar al pueblo, los vecinos han puesto en mitad de la pista un cartel que indica ‘sigue, que vas bien’. “Cuando la gente viene por la pista y no conoce, empiezan a dudar… por eso he hecho este pequeño guiño poniendo el cartel. Lo ves y ya, por lo menos, sigues hasta con una sonrisa”, señala Fernando Cerezales, pedáneo del municipio desde hace dos legislaturas.

Allí todo el mundo tiene su todoterreno para poder ir y venir a Fuente de Oliva. Los vecinos llevan décadas esperando a que las administraciones de Castilla y León les arreglen los tres kilómetros que separan el pueblo de la primera carretera asfaltada. “Ha muerto gente sin ver la pista arreglada. Esto es tercermundista”, apostilla Cerezales. Hartos de promesas incumplidas, el pasado año decidieron solicitar la independencia de Castilla y León y pedir la anexión a Galicia, por si les hacen más caso y como forma de protesta frente al abandono que denuncian por parte de las instituciones autonómicas. “Después de mucho tiempo pataleando, decidimos hacer la petición de pasarnos a la comunidad gallega porque sería un sueño. Lo que pasa es que claro, tendríamos que cambiar la Constitución… pero es que en Valladolid nos tienen olvidados”.

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Por Fuente de Oliva han pasado muchos cargos políticos durante las últimas décadas. Incluso el ex presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, paró a comer allí en una ocasión. Fue en la casa de Pepe, el antiguo pedáneo que luchó más de dos décadas por el asfaltado del camino: “Aquí vino y nos preguntó que qué necesitábamos”. Todos los vecinos respondieron al unísono: un camino asfaltado. “Le preguntó a uno de los que venía con él que de quién dependía esto y le dijo que lo llamara. Entonces yo le dije que no se apurara, que después de tantos años no tenía que ser ahora mismo, pero que no se olvidara… y se debió de olvidar. Yo creo que estamos gafados”, concluye Pepe.

Cuando el año pasado solicitaron el cambio de comunidad autónoma el tema llegó a las más altas instancias políticas. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, mostró su “simpatía” por la propuesta, pero el gobierno castellanoleonés le respondió que “la ley no entiende de simpatías”. Tal vez ese fue el punto álgido de este conflicto autonómico que todavía no ha llegado a su fin. Cerezales tenía un plan: “Creo que fue la tormenta perfecta. Esperé a que acabaran las elecciones en Estados Unidos y se lo comenté a la gente. La verdad es que me siento muy apoyado por el pueblo y por mis vecinos”, explica Cerezales.

La casa de turismo rural que había en el pueblo tuvo que cerrar. El observatorio de observación astronómica que se previa instalar no lo pudo hacer porque, por el estado del camino, se desconfiguraría la calibración de los telescopios. Y, los últimos vecinos que han llegado al pueblo, una pareja formada por una gallega y un inglés que están restaurando una casa de piedra, querían hacer campamentos de verano para enseñar idiomas, pero a la vista de la situación, se lo están pensando. Oportunidades que pasan de largo solo por tres kilómetros de asfalto. “Luego hacen estudios para saber porqué se vacía España… no hace falta ser muy listos para saber el por qué”, dice Pepe con una ironía más gallega que castellanoleonesa.

Un año después de poner el grito en el cielo por su situación por todos los medios posibles, el camino sigue sin asfaltar. En la agenda está la “cumbre” que celebrarán entre el pedáneo de Fuente de Oliva, el alcalde de Cervantes (Galicia) y el de Balbao (Castilla y León) para “empezar a trabajar juntos”. “Ánimo no nos falta, lo que nos falta es asfalto”, concluye Cerezales.

Daniel Sousa

Es redactor en EL PAÍS Audio y colabora en ‘A...