¿Por qué se cambian las capitales?

Madrid

La capital de Indonesia cambiará de lugar en los próximos años. Su presidente anunció que Yakarta dejará de ser la sede del gobierno y las instituciones de la administración se trasladarán a Nusantara, una ciudad de nueva creación en la isla de Borneo. Tras esta decisión hay motivos medioambientales y económicos. La actual capital, Yakarta, posee niveles de contaminación y desigualdad elevados y problemas diarios de congestión por la densidad de población que habita en ella.

La decisión de cambiar de capital tiene consecuencias en el desarrollo de un estado. José Enrique Ruíz-Domènec, historiador y especialista en la Edad Media, reflexiona sobre las razones que a lo largo del tiempo han motivado estos proyectos. Según el historiador "en la antigüedad la decisión siempre era de carácter administrativo, porque los imperios debían tener una capital para depositar los archivos estatales, el tesoro y la sede de los reyes”. A lo que añade que "solía haber un motivo estratégico, una ciudad que se pudiera defenderse bien; o puramente logístico, una ciudad que estuviera en el centro del territorio”. El punto de inflexión llegó con la Edad Moderna, donde primaron más otras cuestiones como la política o las decisiones personales de los gobernantes.

Un mapa del mundo lleno de ejemplos

El mapa de ciudades que se dibuja ha variado a lo largo de los años. José Enrique Ruíz-Dòmenec ha destacado el caso de Egipto, que tiene un proyecto similar al de Indonesia entre manos. Egipto quiere mover su capital de El Cairo a una ciudad más cerca del mar y del canal, lo que para Ruíz-Domènec debe responder “a un criterio que fundamente esa capital”.

Es un debate abierto y que se ha dado en numerosos países, y cada uno ha encontrado un modelo diferente en el que sustentarse. Países Bajos tiene dos capitales, Ámsterdam y La Haya, un binomio sobre el que se articulan sus siete provincias. O Australia que optó ante una tercera opción, Camberra, porque no había un consenso para elegir una de sus dos principales ciudades: Sídney y Melbourne. También hay casos como el de Roma, que ante todo pronóstico fue elegida capital cuando la situación política italiana no la atenía como tal y, contaba con una fuerte competencia por parte de otras ciudades del país.

Un debate que todavía no se ha abierto en España

Ante posibles futuros escenarios en países de occidente o en España, Ruíz-Domènec considera que “la política está en condición de pensar qué es lo mejor”. Y apunta que “hay muchas maneras de descentralizar o descapitalizar una capital”. En el ámbito nacional, la capitalidad de Madrid no se ha puesto en cuestión, pero ante el fenómeno de la despoblación hay fuerzas políticas que demandan una descentralización mediante el traslado de organismos e instituciones de la administración a otros territorios.

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