Feliz desaceleración del domingo

Buenos días Angels, buenos días a todos... hoy quiero contaros que las noticias de las últimas semanas me han hecho pensar en una máquina de fotos. Me la robaron hace cosa de unos veinte años y si lo recuerdo tan bien no es tanto por la cámara en sí, que era bastante normal, sino por lo patético que me sentí siendo atracado.

Estos días, la Iglesia y la Casa Real me han recordado que las malas noticias son más o menos malas en función de tu capacidad para jugar con el castellano. Tenemos mucho que aprender de dos instituciones A LAS QUE LES HA IDO MUY BIEN haciendo malabares con el lenguaje para que sus disgustos pesen menos. Han conseguido que algo tan triste como el desamor se transforme en una “interrupción de la relación matrimonial”. En la práctica es lo mismo, te ha dejado la novia, pero con la segunda opción no hay cantautor que te haga una balada triste.

Es el lenguaje el que construye la realidad, por eso creo que la clave para ser feliz no es evitar los disgustos, sino pedirle a nuestra voz interior que nos hable como si fuera un jefe de comunicación de la Casa Real o de la Conferencia Episcopal. Porque si a mí aquel desconocido en lugar de robarme la máquina de fotos me la llega inmatricular indebidamente por error, yo me hubiera sentido mucho mejor.