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"La tercera dosis no debería ser masiva": un inmunólogo explica por qué debería cambiar la estrategia contra la COVID

El inmunólogo José Gómez Rial considera que ha llegado el momento de optimizar las dosis actuales

José Gómez Rial, inmunólogo del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela y Coordinador de Inmunología en el Grupo de Investigación en Vacunas GENVIP

Madrid

José Gómez Rial, inmunólogo del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela y Coordinador de Inmunología en el Grupo de Investigación en Vacunas GENVIP, considera que con el 90% de la población con pauta completa, ha llegado el momento de cambiar la estrategia y comenzar a vacunar contra la COVID de forma personalizada según el riesgo de cada individuo: “Es el momento de aplicar las herramientas que tenemos para optimizar las dosis actuales y no dar dosis recuerdo de forma indiscriminada según edad”.

Este inmunólogo, experto en vacunas, reconoce que la estrategia ha sido un éxito, pero cree que ahora debe cambiar: “Al principio estaba claro que tenía que ser una vacunación indiscriminada porque no había tiempo, ni herramientas para estratificar el riesgo en la población, teníamos que vacunar por rangos de edad al mayor número de individuos posible. Ahora ha llegado el momento de pasar a una estrategia personalizada porque ya tenemos herramientas que nos permiten saber la respuesta individual a la vacuna".

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Entre esas herramientas están las pruebas serológicas que, a través de una analítica, permiten determinar si una persona cuenta con anticuerpos. “Es que no tiene ningún sentido, por ejemplo poner una tercera dosis a un joven sano, inmunocompetente y sin patología en el que la vacuna ya ha funcionado. Tenemos que empezar a evaluar la inmunidad humoral y celular en individuos concretos de la población: mayores de 65 años, personas con patologías o inmunodeprimidas. En estos casos deberíamos hacer controles de inmunidad periódicos para ver a quien priorizamos en la vacunación, quién necesita dosis de recuerdo o quien puede esperar y recibirla cuando decaiga la inmunidad.

En el caso de los menores le resulta paradójico que “actualmente en España, haya niños vacunados frente al COVID y no frente al meningococo B, porque la meningitis es una enfermedad que mata o deja secuelas importantes al niño que se infecta. Pero, claro, no está financiada en todas las comunidades y hay gente que piensa que por eso no está recomendad.”

Para este experto uno de los problemas que ha habido durante la pandemia ha sido la comunicación: “Se ha confundido a la población con mensajes contrapuestos. Por un lado, desde las autoridades sanitarias, reciben indicaciones que, al poco, se rectifican. Indicaciones, además con muy poca evidencia, poco justificadas desde el punto de vista científico. Por otro, justo por esa falta de evidencia, diferentes expertos critican estas decisiones en redes sociales o medios de comunicación. Esto tiene que terminar.

Gómez Rial cree que ha llegado el momento de debatir las medidas desde todos los puntos de vista. Hay especialidades, como inmunología -con las que no se está contando-, que pueden aportar valor a la estrategia de vacunación para, después, transmitir a la sociedad un mensaje único, claro y en una sola dirección. “Estos cambios continuos de indicaciones y estrategias están produciendo un hartazgo generalizado. Lo que vamos a provocar es que una población, que respondió masivamente y de forma muy positiva a las vacunas, al final se canse y las rechace. De verdad, estamos convirtiendo un país provacunas, como era España, en un país antivacunas.