Un ejemplar de búho Nival se deja ver por Santoña

Santander

Un ejemplar de búho nival (Bubo Scandiacus), especie originaria de las zonas árticas de América del Norte, ha sido de nuevo avistado sobre un tejado de un edificio de Santoña, lo que ha despertado la curiosidad de ornitólogos y vecinos por su peculiar plumaje blanquecino y ojos amarillentos.

No es la primera vez que esta especie "rara" en la Península Ibérica visita la villa marinera, porque a finales de noviembre ya revoloteó por el puerto marinero, junto al Parque Natural de las marismas de Santoña, Victoria y Joyel.

De hecho, fue a principios de ese mes cuando las ópticas de los observadores de pájaros detectaron por primera vez en España, según los expertos, tres ejemplares salvajes de búho nival.

Uno de ellos en la Virgen del Mar, de Santander, que fue trasladado al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Cantabria al encontrarse bastante "debilitado", y que lamentablemente falleció.

Los otros dos fueron localizados en Asturias y se sospecha que el fotografiado ayer, domingo, en Santoña pueda ser uno de estos visitantes.

Así lo ha explicado el delegado de SEO/BirdLife en Cantabria, Felipe González, quien ha reconocido que la presencia del búho nival en el Cantábrico está generando "bastante expectación" entre la familia de ornitólogos que quieren disfrutar de ese avistamiento.

"Es una de esas cosas que nos emocionan por su rareza, ya que esta ave vive en el Ártico y no inverna más allá del sur de Escandinavia", ha explicado.En este sentido, se especula con que esa especie haya llegado al norte de España en algún barco transatlántico sobre el que se hayan posado para descansar durante el proceso migratorio.

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El búho nival se alimenta de roedores y sobre la posibilidad de que se afinque en Cantabria, González ha sostenido que todavía es una teoría "compleja" al ser época de hibernada para las aves, por lo que habrá que esperar a que decidan regresar a sus zonas de cría, que "en estos momentos se encuentran a unos 30 (grados) bajo cero".

"Con la llegada del calor su instinto les llevará a moverse otra vez hacia el Ártico, pero no sabemos ni cómo ni cuándo o si lo harán. Eso sí, seguro que como siempre las aves no nos dejarán de sorprender", ha subrayado.