Yolanda Díaz se mantiene al margen de la campaña en Castilla y León mientras se la juega con la reforma laboral
La vicepresidenta quiere evitar a toda costa depender de Ciudadanos y está volcada en sumar a ERC, lo que podría reforzar su posición dentro de Unidas Podemos antes de lanzarse a construir su futuro proyecto político
madrid
La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, afronta esta semana un momento decisivo para su futuro político, con el debate de convalidación de la reforma laboral. Pero más allá de la incógnita de si logrará sacar adelante su proyecto estrella -algo que en el Gobierno dan por hecho-, la clave está en sí lo hará gracias a la mayoría de la investidura o si Ciudadanos se acabará colando en la foto. Esto se produce además en un contexto en el que se está produciendo un visible distanciamiento público entre Díaz y las cúpulas de Podemos e Izquierda Unida.
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La líder de Unidas Podemos en el Ejecutivo se mantiene por ahora totalmente al margen de la campaña electoral en Castilla y León, a falta de concretarse la fecha del único acto que tiene previsto protagonizar. Está volcada en la negociación de la reforma, aseguran en su equipo. Mientras, los morados llevan semanas sin apenas promocionar en sus redes sociales la reforma laboral; una iniciativa que ha generado un fuerte rechazo entre sus habituales socios de izquierda, como ERC o Bildu.
Desde estas formaciones acusan a Unidas Podemos de haber renunciado a su compromiso de derogar la reforma laboral del PP y exigen al Gobierno cambiar el texto que se selló con los sindicatos y la patronal. Pero cualquier modificación supondría perder a los empresarios, y eso es algo que el Ejecutivo ya ha descartado de plano.
Huir de la foto con ciudadanos
En ese contexto, esa posible foto con Ciudadanos –que dará su sí a la reforma si se mantiene tal cual-- no beneficiaría a Díaz de cara a construir su futuro proyecto político, ya que su posición de fuerza dentro de Unidas Podemos se podría ver lastrada. Desde que Díaz anunció su intención de construir un “proyecto de país” --y participó en noviembre en un acto con la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, la líder de Más Madrid, Mónica García, y la de Compromís, Mónica Oltra—la vicepresidenta mantiene un pulso sordo con Podemos por los tiempos y el modo de construir ese nuevo espacio; una pugna en la que ya han sido varios los mensajes velados del exlíder morado Pablo Iglesias.
Y fuera de Unidas Podemos, también el resto de partidos saben que lo que ocurra el jueves en el Congreso influirá para bien o para mal en ese proceso que ha iniciado Díaz para las elecciones generales de 2023; especialmente sus competidores de la izquierda como ERC o Bildu, con los que Unidas Podemos se disputa votos en Cataluña y el País Vasco. Todos quieren jugar bien sus cartas y no van a regalarle fácilmente una victoria.
Con todo, a cuatro días de la votación, que tendrá lugar el jueves, Díaz sigue volcada en convencer a sus socios habituales y, en especial, a ERC, para evitar a toda costa que el partido naranja se erija en su salvador. También en el PSOE trabajan para retener a sus socios catalanes, aunque en Moncloa confían en que, si no lo logran, el real decreto ley podrá salir adelante con Ciudadanos y los partidos minoritarios, que sí aceptan que el texto se quede tal y como se pactó en la mesa del diálogo social.
Un mitin de Díaz previsto, todavía sin fecha
La negociación de la reforma laboral es el argumento que aducen en el equipo de la vicepresidenta para excusar su ausencia en la campaña. Las fuentes consultadas argumentan que sí apoyará la candidatura de Unidas Podemos y que participará en un acto, previsiblemente ya la segunda semana de campaña, una vez se haya celebrado el debate de convalidación. Sin embargo, no han querido hacer pública la fecha todavía, ni tampoco Díaz ha hecho por ahora ningún gesto público de respaldo al candidato Pablo Fernández desde que arrancara el viernes la campaña.
En el entorno de Díaz también recalcan que la vicepresidenta no tiene ningún cargo orgánico dentro de Unidas Podemos, más allá del liderazgo que ejerce del sector morado dentro del Gobierno, y para el que la designó directamente Pablo Iglesias cuando abandonó en mayo sus cargos. Pero estas explicaciones no están aplacando la inquietud y los recelos en Unidas Podemos, tal y como reconocen algunas fuentes consultadas por la Cadena SER.
Sin Díaz en la apertura de campaña el pasado viernes, el acto lo protagonizaron la líder de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, y la número dos del partido morado y ministra de Igualdad, Irene Montero.
“Venimos muy contentas, porque las campañas electorales son momentos importantes para recordar por qué estamos aquí y para convencer a cada vez más gente de que se sume a este proyecto político. Y yo tengo el honor y la suerte de poder venir aquí con la cabeza bien alta para defender a nuestro candidato Pablo Fernández y a Unidas Podemos”, reivindicó Montero al tomar la palabra.
La reforma laboral, a un segundo plano en Podemos
En Unidas Podemos entienden que a Díaz no le conviene lastrar su capital político con un posible mal resultado, en unas elecciones que se presentan complicadas para la izquierda, pero aún así, echan en falta un mayor apoyo. No obstante, también los morados se han distanciado de la vicepresidenta en las últimas semanas, por lo menos en lo que respecta a reivindicar públicamente la reforma laboral.
Sólo En Comú Podem, la confluencia catalana que lidera la alcaldesa Ada Colau –y que es ahora mismo el principal apoyo de Díaz dentro de Unidas Podemos--, ha lanzado en los últimos días un vídeo para promocionar esta medida, coincidiendo con el viaje que la vicepresidenta hizo la semana pasada a Barcelona para convencer a ERC.
En el caso de Podemos, las últimas alusiones a la reforma laboral se han producido principalmente a preguntas de la prensa. Desde que Díaz cerró a finales de diciembre el acuerdo con los agentes sociales, apenas le han dado difunsión a esta medida en sus redes sociales, más allá de compartir algún fragmento de intervenciones de la vicepresidenta en los medios de comunicación hablando de ello. Además, el canal de prensa del partido morado ha dejado de incluir en su agenda diaria las apariciones de Díaz en los medios. Sí mantiene, por ejemplo, las del secretario general del PCE y secretario de Estado de Derechos Sociales, Enrique Santiago.
Las diferencias en el discurso entre Díaz y las cúpulas de Podemos e IU también se han visibilizado en los últimos días en la polémica que ha rodeado al conflicto entre Rusia y Ucrania. Mientras que los principales dirigentes de estos partidos se lanzaron a acusar al PSOE y, en concreto, a la ministra de Defensa, Margarita Robles, de asumir una postura belicista, Díaz se mantuvo al margen, y sus declaraciones al respecto se han limitado a afirmar que el Gobierno habla con “una sola voz”.