Alberto Rodríguez recurre ante el Constitucional la sentencia que le dejó sin escaño tras la ajustada votación de la reforma laboral
Unidas Podemos dejó vacío su escaño por si la Justicia decide devolvérselo, pero pudo ser decisivo en la surrealista aprobación de la nueva ley de trabajo
Madrid
El exdirigente de Podemos Alberto Rodríguez ha pedido al Tribunal Constitucional que anule la sentencia del Supremo que le condenó por dar una patada a un policía nacional durante una protesta en La Laguna (Tenerife) y que le llevó a perder el acta de parlamentario, a pesar de que el propio Rodríguez señaló que "no existe un vídeo donde aparezca" dicha agresión.
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Rodríguez ha presentado ante el tribunal de garantías un recurso de amparo, al que ha tenido acceso Efe, contra la resolución de Supremo que le condenó por un delito de atentado a agente de la autoridad a una multa de 540 euros y una pena accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la pena, de 45 días.
Tras esta condena, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, le comunicó a Alberto Rodríguez la pérdida de su condición de diputado de Unidas Podemos, tal como dijo que le requirió el Supremo. Se trata del segundo amparo que solicita al TC tras pedir que suspenda de manera cautelar y urgente la decisión de Batet de retirarle el acta de diputado, porque la considera "injusta e ilegal", y que su recurso contra esa medida se dilucide en una vista abierta al público.
Pero Rodríguez considera que el Supremo ha vulnerado su derecho fundamental al juez imparcial, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva por vulneración del principio de legalidad, a los derechos de reunión y manifestación, al derecho de representación política y al principio de proporcionalidad. A su vez, también entiende infringidos los artículos 6, 7 y 11 del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales.
El escrito señala que "el presente asunto trasciende del caso particular, planteando una cuestión jurídica relevante y de repercusión social con carácter general", al tiempo que subraya que la pena accesoria ha resultado "más lesiva" que la principal. Además, arremete contra los magistrados del Supremo por "el reproche" de la mayoría de los miembros del tribunal acerca de determinadas expresiones "inapropiadas" vertidas por Rodríguez durante el ejercicio del derecho a la última palabra, en el que "se observa el prejuicio de la Sala" en contra del exdiputado.
Su abogado, Gonzalo Boye, señala que se le condenó "sin prueba mínima ni suficiente" y "con un testimonio único de cargo (el del agente), que no describe suficientemente los hechos y ante la ostensible falta de corroboración objetiva". Y añade la "arbitrariedad" padecida por Rodríguez que como "activista" ha sido "condenado, sin la más mínima prueba, con el fin de criminalizar la protesta social". Por todo ello, el exdiputado pide al Constitucional que declare vulnerados varios derechos fundamentales, y decrete la nulidad de la sentencia y las resoluciones dictadas con posterioridad.
Un voto que pudo ser decisivo en el apoyo de la reforma laboral
Desde Unidas Podemos tomaron la decisión de que ningún otro representante político de su formación ocupase el escaño que fue retirado a Rodríguez, sin saber que podría haber sido de gran relevancia en la surrealista votación de la reforma laboral que se vivió este jueves en el Congreso de los Diputados. El Congreso convalidó dicha reforma pactada por el Gobierno y los agentes sociales con una votación que pasará a la historia. Mientras dos diputados de UPN que iban a votar que sí se decantaban finalmente por el no, condenando así la aprobación de la reforma, el popular Alberto Casero se equivocaba y la sacaba adelante por un solo voto: 175-174.
El apoyo de Cs, PDeCat, Más País, Compromís, Coalición Canaria, Nueva Canarias, Teruel Existe y PRC, que sumaban junto al PSOE y Unidas Podemos 174 diputados, un número insuficiente sin los votos de UPN. Hacía falta uno más después de que Sergio Sayas y Carlos García Adanero se saltaran la disciplina de voto. Y, como el escaño de Rodríguez está vacío, ese fue Alberto Casero, diputado del PP que se convirtió, sin quererlo, en el héroe de la izquierda.