Una orden errónea llevó a la bancada popular a votar a favor de castigar el acoso antiabortista
Hasta 79 de los 89 diputados del Partido Popular votaron sí al dictamen de la comisión por una indicación errónea de la secretaria general del Grupo. En una segunda votación y al percatarse del error, los diputados del PP se posicionaron en contra. El fallo se produjo en la misma sesión en la que Casero salvó la reforma laboral
Madrid
El voto favorable de Alberto Casero a la reforma laboral fue el error más sonado de la votación del Pleno celebrado este jueves en el Congreso, pero no el único. Hubo otro, con menos repercusión porque no alteró el resultado del trámite, pero más abultado porque lo cometieron buena parte de sus compañeros de bancada. El 90% de los diputados del Grupo Popular apoyó ayer el Dictamen de la Ley que reforma el Código Penal para penalizar el acoso a las mujeres que acuden a clínicas para la interrupción voluntaria del embarazo. Según las actas publicadas por la Cámara, 79 parlamentarios populares unieron sus votos a los de PSOE, UP, Esquerra Republicana y otros cuatro grupos, aliados habituales del Gobierno.
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Lo hicieron, según reconocen fuentes populares, por un error humano. En concreto, por la indicación de la Secretaría General del Grupo parlamentario, Isabel Borrego, que dio la orden de votar “sí” al dictamen en un momento de fuerte confusión tras lo sucedido con la reforma laboral. En las imágenes de la señal ofrecida por la Cámara se observa como algunos de los diputados presentes muestran cierta extrañeza y hablan entre ellos al percatarse de la directriz que les marcan. En todas las sesiones un miembro del Grupo levanta el brazo indicando con un dedo, dos o tres, qué botón deben pulsar el resto de sus compañeros.
Varios de ellos aseguran que Teresa Angulo, encargada de defender la posición del PP sobre esta Ley en la Comisión de Igualdad, intentó sin éxito de alertar del error.
De hecho, la propia diputada también aparece como una de las que votó a favor a pesar de que unas horas antes, desde la tribuna de oradores, aseguraba que la reforma tenía “un claro sesgo ideológico” y que “atenta contra la tolerancia y contra la libertad, bases de las democracias liberales”. “No pretende”, decía, “solucionar un problema real sino impedir el ejercicio de derechos como el de expresión o de reunión a unos concretos ciudadanos”.
El acta de votaciones publicada por el Congreso refleja que hubo 9 diputados que sí que votaron según el criterio previsto por el PP. Entre ellos, los cuatro que habían reclamado hacerlo telemáticamente y que lo hicieron sin seguir la indicación de la secretaria general en el Pleno y algunos de los parlamentarios que se encontraban en la zona alta de la bancada. Alberto Casero, que votó desde casa y no pudo ver la directriz de Isabel Borrego, también está en la lista de los diputados que cometieron el error.
Un error "subsanable"
En Génova y en el Grupo Parlamentario Popular restan importancia a este error. El fallo no alteró el resultado previsto porque, esta vez sí, PSOE y Unidas Podemos tenían los números realmente amarrados aunque lograron un margen mayor. Además, la votación de esta norma se dividía en dos partes; la del Dictamen elaborado en la Comisión y la del conjunto del texto, un trámite necesario al tratarse de una iniciativa con carácter orgánico, es decir modifica una Ley de rango superior. La confusión de los populares con el sentido de voto se produjo en el primer paso. Al darse cuenta, lo corrigieron votando correctamente en el siguiente solo unos segundos después.
El fallo también sorprendió a los socialistas que al ver el panel de votaciones no entendían de dónde habían salido los 284 votos a favor. En un principio contaban con 80 menos. Asique celebraron la holgada mayoría con una ovación y añadiendo más confusión a una sesión ya de por sí surrealista y de infarto.