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Días de mucho, vísperas de nada

El renovado Sporting no puede con un Eibar muy superior, pese al arreón final con más ganas que fútbol

Villalba y Djuka lamentan una ocasión perdida ante el Eibar. / LaLiga

Villalba y Djuka lamentan una ocasión perdida ante el Eibar.

Gijón

Y, con el fútbol, se acabó la fiesta. Había algún entrenador (de infausto recuerdo para el sportinguismo) que en determinados ámbitos hacía referencia a lo bonito que sería el fútbol si no hubiera partidos los fines de semana. Lamentablemente, esa es la realidad para los sportinguistas, que después de una semana de fuegos artificiales y del enésimo intento de ilusionarse en una temporada terrible, se encontró con el bajón con lo verdaderamente importante: el fútbol. El Sporting volvió a perder, esta vez con el Eibar, que demostró en El Molinón el porqué le saca la friolera de 20 puntos al equipo gijonés. La voluntad que le puso el equipo gijonés no compensó la diferencia futbolística.

15.575 aficionados acudieron al estadio en una noche gélida con la ilusión de ver a Jony de nuevo vestido de rojiblanco y el efecto que esa incorporación supondría en el equipo. No les decepcionó Gallego con una alineación que podría considerarse el once de gala, con el cangués, Calavera y Christian Rivera de inicio. Jony empezó fuerte, aunque demostró estar lejos de su mejor nivel.

De hecho empezó mandando en el partido el Sporting, que salió al campo intenso, dispuesto a demostrar que, al margen de caras, en el equipo ha cambiado algo más. Algunas cosas han variado; otras lamentablemente siguen igual. Por ejemplo, la falta de puntería. No aprovechó el Sporting su momento, cuando con Jony fresco en una banda y Aitor García por la otra el equipo gijonés generaba peligro y llegadas. Djuka, que necesita un respiro, lo intentó de chilena tras una gran jugada de Villalba y Aitor García. Y tanto Pedro como Jony lo intentaron con disparos lejanos.

No solo falla el Sporting en el área contraria; lo de la propia es preocupante. El ejemplo fue el gol del Eibar. Los grandes equipos matan a la primera. Toño García le rompió la cadera dos veces a un Calavera contemplativo, Babin no alcanzó a despejar sino que prolongó el balón y en el segundo palo, incomprensiblemente solo, Corpas definió como ya podían hacer los atacantes del Sporting.

El Sporting se diluyó por completo. El Eibar se hizo amo y señor del partido. La defensa rojiblanca era un flan; difícil saber quién estuvo peor. Los laterales, desbordados una y otra vez. Y los centrales, esta vez Babin y Marc Valiente, completamente superados. Así, antes del descanso, Quique remataba alto de cabeza un centro de Tejero y Edu Expósito también remató arriba tras tirarle un sombrero a Babin.

Nadie negará el ímpetu que puso el Sporting en la segunda mitad, especialmente en el tramo final del partido. Es engañoso no pensar que el rival le había cedido la posesión para pillarle a la contra, cosa que pudo hacer dos veces con la entrada en el campo de Blanco Leschuk, una de ellas tras otro grave error de los centrales que acabó corrigiendo Valiente. Pero más llegada tuvo el Sporting, aunque como es habitual sin ocasiones claras de gol. Lo más cercano fue un centro de Kravets que se envenenó hasta estrellarse en el larguero. No sería la primera vez que, con intención de centrar, el ucraniano marca. En esta ocasión no sucedió.

Antes Gallego había empezado a mover el banquillo. Retiró a un cansado Jony y a un gris Djuka para dar entrada a 'El Puma' y al debutante Eric Ramírez, que en su primera intervención se ganó a El Molinón aprovechando su corpulencia para disputarle con todo un balón aéreo al portero rival. Distinto a Djuka, desde luego, es.

El Sporting acabó con casi cinco hombres arriba y Fran Villalba de mediocentro; pura ambición pero un importante desajuste táctico. La kilométrica separación de líneas, que no solo se produjo al final, permitió los contragolpes peligrosos del equipo vasco.

No le sirvió el esfuerzo al Sporting, que vuelve a dejar claro que por mucho que se intente maquillar, la realidad del equipo es la que es. Lamentablemente, aquella profecía de Gallego de que ganando al Valladolid y al Eibar el equipo se metería en la pelea por el playoff ha quedado en mera palabrería. A nueve puntos del playoff, es una quimera pensar que por mucho fichaje y mucho fuego artificial que se lance durante la semana, el panorama de los fines de semana vaya a cambiar tanto.

David González

David González

Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...

 

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