PP y Vox superan en 15 escaños a PSOE y Unidas Podemos pero no tendrían mayoría suficiente para gobernar

Pedro Sánchez insiste en que no pulsará el botón para disolver las Cortes hasta agotar la Legislatura, pero una hipotética celebración hoy de las elecciones generales daría lugar a un Congreso con incluso más dificultades para la investidura que el actual. PP y Vox superarían en 15 escaños a los partidos de la coalición del Gobierno (159 frente a 144), pero con grandísimas dificultades del bloque de la derecha para encontrar aliados parlamentarios que le permitan sumar más síes que noes. Ni izquierda ni derecha suman para gobernar. Las fuerzas regionalistas, nacionalistas e independentistas mantendrían sus posiciones (41 escaños de los 350 de la Cámara) y podrían condicionar más que en 2020 la investidura de Pedro Sánchez por la pérdida de peso del bloque de la izquierda. Según el barómetro de 40dB para la Cadena Ser y El País correspondiente el mes de febrero, el PSOE continúa como primera fuerza política (con un 27,1% de los votos y 111 escaños, nueve menos que en las elecciones del 10 de noviembre de 2019) y PP y Vox se mantienen como segundo y tercer grupo de la Cámara, pero con posiciones reforzadas. Ambas formaciones son las que experimentan un mayor crecimiento respecto a los pasados comicios. Los populares suman 2,9 puntos (hasta el 23,9%) y 10 escaños respecto a 2019 y el partido de Santiago Abascal escala casi dos puntos (17,1%) y ocho diputados más. Alcanzan los 99 y 60 escaños, respectivamente, aunque la comparación con el barómetro del mes pasado refleja un freno de la tendencia alcista de la derecha, fundamentalmente de la ultraderecha: el PP pierde un escaño respecto al mes pasado y Vox se deja seis. Por contra, el estudio observa un repunte en la izquierda: tres escaños y un punto más para el PSOE y dos diputados y 0,6 puntos más para Unidas Podemos. El socio minoritario de la coalición renovaría su cuarta posición en el Congreso con un leve retroceso respecto a las elecciones de hace cuatro años: entonces obtuvo un 13% de los votos y ahora obtendría el 12,4%. En la actualidad sienta en la Cámara a 35 diputados y se quedaría en 33. El estudio refleja además que el electorado de Unidas Podemos es el más movilizado. A pesar de que todavía no se ha dado a conocer la plataforma con la que aspira a presentarse la vicepresidenta Yolanda Díaz, un 77,1% de quienes optaron por la papeleta morada en 2019 volvería a decantarse con seguridad por la misma opción. De todos modos, es generalizado el refuerzo de la movilización en esta encuesta respecto a la del mes pasado. Las circunstancias son muy distintas. El trabajo de campo de 40dB se realizó entre el 27 de enero y 1 de febrero, en el arranque de la campaña electoral de Castilla y León, coincidiendo además con la recta final de la negociación de la reforma laboral y con el debate abierto sobre la investigación de los abusos en la Iglesia. En este contexto, un 59,4% de los encuestados manifiesta que en las próximas elecciones acudiría a votar con total seguridad. Después del de Unidas de Podemos, el electorado más movilizado es el del PP (69,9%), seguido de Vox (68%), PSOE (66,3%) y Ciudadanos (57,3%). Esta correlación no es la misma cuando lo que se analiza es la fidelidad de votos en lugar de la movilización. Ahí se coloca por delante con mucha diferencia el partido de ultraderecha. Vox es la formación que más amarrados tiene a quienes le dieron su confianza en 2019: un 82,8% de sus votantes volverían a apostar por los ultraderechistas, que se benefician de fugas importantes del PP (los populares les transfieren un 14,6% de sus votantes) y de Ciudadanos (12,7%). Pero Pablo Casado mantendría el 71,9% de sus votantes y asciende posiciones en intención de voto, fundamentalmente gracias a Ciudadanos: un 18,5% de quienes votaron a los naranjas en 2019 ahora apoyaría al PP. Es la mayor transferencia de votos que refleja el barómetro del mes de febrero, que confirma la escuálida musculatura de Ciudadanos: sólo retiene al 32,9% de su electorado. PP y Vox se quedan con el 31,2% de sus votantes mientras que al PSOE sólo se fuga un 5%. Porque si algo confirma este sondeo es que, por el momento, prácticamente no hay transferencia de votos entre bloques ideológicos. Ciudadanos se desangra en favor de la derecha. Y su panorama en febrero es tan negro como lo fue en enero: se queda con la mitad de su electorado de 2019 (pasa al 3,5%) y sólo dos escaños, superado incluso por Mas País. El partido de Íñigo Errejón sentaría en la Cámara Baja a cuatro diputados, en parte porque un 4,9% del electorado de Unidas Podemos apostaría por el partido de Íñigo Errejón. Realmente, ese trasvase de votos es el más relevante en el bloque de la izquierda, porque entre socios de la coalición no se observan movimientos que impliquen cambios significativos. El barómetro detecta que un 5,2% de votantes morados de 2019 se decantaría ahora por el PSOE, pero un 3,2% de los socialistas harían el viaje contrario. Lo que sí que es más llamativo en la izquierda que en la derecha es la indecisión: el PSOE cuenta en su electorado con un 11,3% de indecisos y Unidas Podemos con un 7,3%. Electores que en 2019 apoyaron a los partidos de la coalición de Gobierno y que ahora no lo tienen claro. Eso sí, el PSOE es la principal fuerza política en recabar apoyos de los abstencionistas (13,1%), seguida del PP (10,8%) y Vox (6,5%). De todos modos, acercar a las urnas a quienes no fueron a votar en 2019 no parece una cuestión sencilla: un 41,7% de todos ellos volvería a quedarse en casa. A dos años del final de la legislatura, este análisis de 40dB para La Ser y El País permite constatar que una convocatoria hoy de las elecciones generales complicaría la investidura más que en 2020, que ya entonces no fue precisamente fácil. Pedro Sánchez tuvo que implicar a nueve grupos parlamentarios entre síes y abstenciones y, según el barómetro, tampoco ninguno de los dos bloques de partidos estatales lograría gobernar por sí mismo. La derecha tendría dificultades para alcanzar una mayoría incluso si incorporase a Ciudadanos (2), NA (2) y Coalición Canaria (2) y a Pedro Sánchez ya no le valdría con las abstenciones de ERC y Bildu. Necesitaría su apoyo explícito. Ahora como entonces, los grupos periféricos de naturaleza regionalista, nacionalista e independentista volverían a tener la llave de la gobernabilidad, pero ésta sería más difícil de alcanzar debido al retroceso de los partidos que integran el actual Ejecutivo. Incluso sumando los escaños de Más País, la coalición se quedaría por debajo de la actual base parlamentaria. Alcanzaría los 148 escaños frente a los 155 que ahora suman PSOE y Podemos. La mayoría absoluta del Congreso es de 176 escaños.