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Alquilar casa en el pueblo no siempre es un chollo

Tendemos a pensar que ir a vivir al campo nos va a salir barato. La realidad es que herencias sin resolver, casas en mal estado, escasa oferta, precios muy altos por el turismo rural o la competencia de las segundas residencias, y sobre todo, la desconfianza de muchos propietarios, hacen que conseguir vivienda en la España vaciada sea en ocasiones una misión imposible

Los problemas para encontrar vivienda en la España vaciada de Castilla y León

Los problemas para encontrar vivienda en la España vaciada de Castilla y León

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Madrid / Grajera

“Cuando decidimos que nos queríamos venir al pueblo ni nos planteamos buscar en Ledigos, sabíamos que no había nada y en ese momento ni nos podíamos plantear reformar una casa”, se lamenta Belén Sesé, de 31 años, que en 2021 se lanzó con su pareja a la aventura de montar un alojamiento rural y una productora de cerveza artesanal en ese pueblo palentino. Su caso no es muy diferente del de Lucía Ibáñez, de 34, que hace siete abrió un estudio fotográfico en Astudillo, en la misma provincia: “Me costó un montón encontrar vivienda, fue una odisea, me tocó empezar en casa de mi madre”.

Belén Sesé, en su alojamiento rural en Ledigos, Palencia, con una cerveza Vereda. / Rafa Panadero Carlavilla

En algunos casos el problema detrás de la escasa oferta está en herencias mal resueltas: “Hermanos, primos o familiares, que a lo mejor ya ni se hablan y no se ponían de acuerdo para alquilar o vender una casa o un terreno”, explica Belén. Eso a menudo se traduce en viviendas en mal estado que necesitan una inversión de entrada que jóvenes a punto de emprender un negocio en el entorno rural no pueden afrontar.

Otras veces, el inconveniente eran los altos precios que les pedían condicionados por la posibilidad de ofrecer el mismo alojamiento como segunda residencia para periodos vacacionales o como turismo rural. “Hay una relación directa, y yo lo respeto mucho, pero si el 50% de las casas son de gente que sólo viene en verano… es un tema conflictivo, pero la verdad es que la segunda residencia no deja que venga residencia nueva”, explica Lucía.

Aún hay otra razón para entender lo que les ha costado encontrar casa, y es la que más sale en todas las conversaciones: la desconfianza. “No se fían de alguien desconocido que viene de la ciudad y no conocen a su familia. La mayoría de pisos que nos enterábamos que se podían alquilar, no estaban anunciados, lo más difícil fue conocer a gente que te enseñara pisos”, recuerda Belén. Para Lucía la situación fue parecida: “Yo no sé si será por cosas que ven en televisión, a mí me da pena por el pueblo porque a mí me encanta sentir cerca a los vecinos, pero si la mayor desconfía al final se van a quedar sin vecinos”.

Sus casos no son una excepción. Hace unos meses Cruz Roja publicó su boletín sobre vulnerabilidad social en la España despoblada e identificó la escasez de vivienda como uno de los factores de exclusión más sorprendente en ese entorno. “No lo es solo en la España despoblada, pero ahí es paradójico porque la gente al ver los pueblos vacíos piensa que es fácil conseguir una casa, y no es así; es una de las cosas que más sorprende cuando se habla de este tema”, explica Susana Gende Feely, que es psicóloga y trabaja en el departamento de Estudios en Innovación Social de la organización.

Dúplex con garaje por 320 euros

Aunque la situación descrita no sea excepcional, en algunos pueblos la población no para de aumentar. Grajera es una pequeña localidad segoviana que en los últimos 20 años ha pasado de 90 a 260 habitantes. Carlos y Diana disfrutan desde hace meses de un dúplex con garaje por 320 euros. “En Madrid esta vivienda estaría por las nubes, nuestra casa actual en Madrid ni te lo planteas”, explican. La situación del pueblo, cercano a y bien comunicado con Madrid y Aranda de Duero, tiene buena parte de culpa, pero en su caso, la clave fue el proyecto Arraigo.

La alcaldesa, Alba Barrio, habla con satisfacción de su participación en esa iniciativa: “La disponibilidad de vivienda no ha sido problema porque había oferta, pero al principio los propietarios sólo querían vender. Les hemos dado a conocer el proyecto, han conocido a las personas que querían venir y se ha creado la confianza necesaria, que es fundamental porque sin referencias…”.

Enrique Martínez es la persona que está detrás de Arraigo: “Convocamos a los vecinos, les conocemos y les hablamos de las familias que van a venir, porque si no les conocen piensan que qué habrán hecho en la ciudad para querer venir y que se van a meter en un lío”. Así, poco a poco, van madurando la idea de que se puede alquilar la casa, un concepto que cambia mucho en el entorno rural: “Se tiene que hacer desde un punto de vista diferente, el alquiler en la ciudad es un negocio y aquí es casi un favor que hace el propietario, que va a cobrar 100 ó 200 euros, a un amigo, a un familiar, a un primo de un primo, o una persona que conoce”. Con esa experiencia que da haber empadronado ya a más de 300 familias en casi 200 pueblos, concluye: “Con esto no descansas, es adictivo por la relación que creas con los nuevos vecinos a los que has ayudado; es un trabajo agotador pero que se necesita, hay que profesionalizar la repoblación en nuestros pueblos”.

Enrique Martínez Pomar, director del proyecto Arraigo. / Rafa Panadero Carlavilla

La Junta de Castilla y León tiene en marcha un programa, Habitare, que básicamente da ayudas para afrontar reformas en viviendas en mal estado. Hasta 2021 se ha aplicado en 370 viviendas con un presupuesto de algo más de 17 millones de euros. Pero de cara a las elecciones del 13 de febrero, tanto los técnicos como los vecinos esperan algo más.

“Que todas las administraciones se escuchen entre ellas, se coordinen y sobre todo escuchen a la gente que vive ahí porque son las que mejor saben lo que pasa”, propone Susana Gende Feely. Lucía Ibáñez recuerda que en la mayoría de entornos rurales prácticamente no hay vivienda social y apuesta por políticas que faciliten el alquiler. Belén Sesé ve “una falta de interés a todos los niveles de la administración” y pide planes más allá de las ayudas económicas puntuales “porque sin vivienda no hay asentamiento, y eso es lo principal”.

Rafa Panadero

Rafa Panadero

Ha desarrollado casi toda su carrera profesional en la Cadena SER, a la que se incorporó en 2002 tras...

 
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