¿La nobleza se hereda?

Madrid

Ana Torroja, la excantante de Mecano, es desde hoy marquesa. Hereda el título que Franco concedió a su abuelo, el ingeniero Eduardo Torroja Miret. Pues enhorabuena... No discutiremos el derecho legal que la cantante tiene a heredar el título, ni los merecimientos que su abuelo acumuló para recibirlo. Pero en cada herencia nobiliaria, en cuya nómina figuran títulos que recuerdan nombres de hombres innobles, ennoblecidos por un innoble dictador, se suscita el debate sobre el sentido de estos títulos en la España democrática del siglo XXI.

Muchos países tienen reconocimientos civiles para ciudadanos destacados. Pero es discutible que los nuestros se sigan bautizando con la nomenclatura de desaparecidas instituciones medievales. Y parece indiscutible que su modernización debería pasar por eliminar su carácter hereditario. Porque ni la nobleza ni los méritos acreditados para recibirla se heredan. Y aceptar el automatismo que convierte en noble al hijo del noble es tan absurdo como que el primogénito de un Nobel reciba tal honor para sí y para su descendencia