La ceremonia de los premios Oscar de este año ha tenido una buena representación española con cuatro nominaciones: la de Penélope Cruz a mejor actriz y Alberto Iglesias a mejor música original por sus trabajos en Madres Paralelas, la de Javier Bardem a mejor actor por Being the Ricardos y la del cortometraje de animación El Limpiaparabrisas (The windshield wiper), de Alberto Mielgo, que ha sido el único que finalmente se ha llevado el galardón, en una ceremonia marcada por la agresión de Will Smith al presentador de la gala, el cómico Chris Rock. El Limpiaparabrisas es una coproducción entre España y EEUU de 15 minutos de duración. Comienza con un hombre fumando en el fondo de un bar y que, tras escuchar conversaciones que se producen en ese espacio, se hace la pregunta ¿qué es el amor? A partir de entonces, se suceden distintas imágenes y situaciones que intentan responder a esa pregunta. Tinder, una pareja en la playa, conversaciones de WhatsApp, un borracho frente a un escaparate, dos ancianos en un parque, prostitución, un flechazo en plena calle, un beso a través de un cristal... escenas contrapuestas sin apenas voz pero con una banda sonora muy evocadora. Se puede ver ya en RTVE. Alberto Mielgo tiene una dilatada experiencia en el mundo de la animación y cuenta ya con varios premios por sus trabajos como Spider-Man: Un nuevo universo (Oscar al mejor largo de animación en 2019), el capítulo La testigo de la serie Love, Dead & Robots de Netflix (con el que consiguió un Emmy), Harry Potter y las reliquias de la Muerte o El Cid: La leyenda. En esta ocasión, Mielgo se ha encargado del guion, la dirección, el montaje y el sonido de este cortometraje, que está producido por Leo Sánchez, otro veterano en animación. Está tras películas como Bolt, Enredados y la segunda y tercera entregas de Cómo entrenar a tu dragón. Para Alberto Mielgo, el Oscar por este corto es el primero de su carrera y reconocía en una entrevista a la SER, que empezó este proyecto sin saber producir animación: «Era director de arte, pero no me había metido de lleno en lo que era producir animación. Ahora mismo produzco mis propias historias”, nos dice. “Ten en cuenta que empecé con este proyecto hace ocho años y lo tuve que parar para poder pagar mis facturas y seguir trabajando, porque esto, al fin y al cabo, es un corto totalmente independiente y autofinanciado y cuando había que ponerse a hacer otra cosa, había que pararlo». Mielgo, consumidor de cómics desde antes de saber leer y, además de cineasta, pintor, se ha formado prácticamente de forma autodidacta. Su colaboración con Tim Burton en La novia cadáver fue el comienzo de un camino en la animación que le ha traído hasta aquí, hasta obtener un Oscar, «el premio de los premios» según sus propias palabras.