Aparcada la ilusión de la Copa, vuelve la dura vida liguera para el Valencia

Valencia

Es lo que tiene el calendario y alternar competiciones. Después de unos días de vivir instalados en la ilusión que ha despertado el empate en la Catedral, con el valencianismo pensando cómo va a ser la inolvidable noche del 2 de marzo en Mestalla ante el Athletic Club, ahora toca olvidarse de este sueño temporalmente y volver a la realidad liguera, que tiene más de irregularidad y sinsabores que de la ilusión copera.

Ha amagado en distintos momentos Bordalás apuntando a los puestos europeos para intentar motivar a su plantilla. Pero no lo ha conseguido. De ahí que antes de viajar a Vitoria el técnico alicantino no haya querido mojarse esta vez y eludir fijar "objetivos a medio y largo plazo", remitiéndose al cortoplacismo que representa la manida frase empleada esta vez por él: "Para estar arriba debemos sumar de tres en tres".

Y se resigna Bordalás eludiendo hablar de Europa porque la realidad liguera muestra que su equipo lleva casi dos meses sin ganar (la última victoria llegó el 20 de diciembre en el vecino barrio de Orriols), acumulando tres derrotas y dos empates en las cinco últimas jornadas. Esta es la realidad liguera del Valencia, que queda pendiente del brusco cambio de guión que supondría una victoria cuanto antes. Sin tiempo que perder, ése es el objetivo con el que se presentan los de Bordalás visitando a un rival en apuros que, penúltimo en la tabla, lucha como gato panza arriba buscando la supervivencia en Primera División, sin que de momento se hayan percibido los efectos del revulsivo Mendilibar.

Bordalás sólo quiere tener presente la reciente visita copera a Bilbao para dar continuidad a lo bueno que hizo su equipo y los jugadores escogidos. Para nada más. Ni siquiera para contestar a la provocación de Marcelino sobre el fútbol de regional ("cuando se te critica es señal inequívoca de que se están haciendo bien las cosas; soy feliz y me lo tomo como un elogio", ha contestado Bordalás). El handicap que sufre el alicantino es que no podrá contar con su capitán, Gayà, que se retiró con problemas musculares antes de tiempo en Bilbao y se queda en casa recuperándose. No sufre una lesión importante pero sí requiere de un descanso que tiene ahora y va a tener en los próximos días para intentar llegar recuperado al 100% a la cita ante el Barcelona del próximo domingo 20 en Mestalla.

Enfrente el Alavés afrontará este partido como una final porque la brecha con la zona de la salvación va creciendo y necesita la victoria como punto de inflexión. Su principal arma ofensiva es un viejo conocido de Bordalás, Joselu, que ya tiene claro que el año que viene no seguirá en Vitoria y sus agentes están escuchando a clubes, como el Valencia, que se interesan por él. Pero si tanto gusta es por su calidad como delantero. Y ahora aún juega en el Alavés y este domingo tendrá a Mamardashvili en su punto de mira. Así que, mucho cuidado.