Sociedad

El triste recuerdo de los hogares felices que se llevó el volcán de La Palma

En La Palma hay 1.147 familias que han perdido su primer y único hogar. Unas 70 viviendas provisionales están entregadas ya, es decir, todavía hay más de mil familias en La Palma esperando por una casa para empezar de nuevo

En "Villa Goyoli" se celebró la vida durante treinta años con guitarras y alegría hasta que el volcán se la llevó. Gregorio, David y su familia en una de esas celebraciones. / Cadena SER

Los Llanos de Aridane

En La Palma los recuerdos son felices, pero recordarlos es triste. Gregorio Cordovez nunca imaginó que el volcán sería capaz de llegar hasta su casa en La Laguna, pero el 19 de octubre una de sus lenguas de fuego lo logró. Fue desalojado tras la erupción y durante casi cien días estuvo en la azotea de la casa de su madre, prismáticos en mano, vigilando el lento y destructivo avance de la lava en dirección a su casa. “Subimos una sillas a la azotea, como si fuera un espectáculo, y lo fue, aunque nos jodiera la vida a mucha gente”, explica Gregorio. “Dos ríos de lava fueron directos al Camino de la Jubilación, junto al campo de fútbol, y a las seis y media me despedí de mi casa para siempre”, lamenta. Desalojado desde el 19 de septiembre, Gregorio y su familia llevan 143 días separados.

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En La Palma 1.147 familias como la de Gregorio que han perdido su primera y única vivienda. No ha trascendido todavía el dato de cuántas personas son en total, pero se cuentan por miles. Unas 70 viviendas provisionales están entregadas ya, es decir, todavía hay más de mil familias en La Palma esperando por una vivienda provisional para empezar de cero. La mayoría de esas personas habitan provisionalmente infraviviendas o casas de amigos y familiares. Gregorio Cordovez vive con su madre desde el día de la erupción y todavía no ha conseguido una vivienda social. Como él, cientos de personas esperan un llamada de las trabajadoras sociales para empezar de nuevo.

“En casa éramos cuatro y ojalá volvamos a ser cuatro, es lo que más deseo. Mi hijo David tenía un coche arrimadito en casa para pasar la ITV y allí quedó enterrado, teníamos una piscina, una barbacoa donde fuimos muy felices, la cocina completa, más de cien orquídeas…. Dejamos muchas cosas en casa porque nunca pensamos que el volcán se la llevaría”, lamenta Gregorio. David, el hijo de Gregorio, vive desde la erupción en un cuartito en casa de un familiar con seis personas. La mujer de Gregorio, -Goyo, como todo el mundo le conoce en Los Llanos-, vive desde entonces con su madre y su hermano. El sueño de todos es estar juntos de nuevo bajo el mismo techo.

Villa Goyoli es una de las viviendas que se llevó el volcán de La Palma. Sus propietarios tardaron 30 años en construirla y la perdieron en tan solo unas horas bajo la lava / Cadena SER

“Nuestra casa la construimos durante treinta años y se la llevó el volcán sin haberla terminado”, explica Gregorio

“Cada día me quedo un rato sentado en la cama, en casa de mamá, y pienso…, ¿hasta cuándo va durar esto?”, se pregunta Goyo. Más de 7.000 personas fueron evacuadas de sus hogares y todavía hay miles de personas fuera, en su misma situación. La desesperación que atraviesan muchas de esas familias es insoportable: “Ves que están comprando casas, que se están entregando casas, pero pasan los días y tú sigues donde mismo”, lamenta. Las propias instituciones locales lo reconocen. “Necesitamos más casas y las necesitamos ya”, afirma la alcaldesa de Los Llanos de Aridane, Noelia García Leal, reconociendo al mismo tiempo que nunca antes se habían hecho un esfuerzo similar en tan poco tiempo durante una catástrofe en España.

“Queremos rehacer nuestras vidas, entiendo que es una cosa desbordante, pero yo veo poca ayuda todavía”, sentencia Goyo, que afortunadamente mantiene su puesto de trabajo para sostener económicamente a su familia. Otros no han tenido esa suerte. “Nosotros no hemos sido exigentes, no hemos ido a pedir nada que no nos corresponda, hemos arreglado los papeles en el Registro y hemos sido pacientes”, como miles de personas en la isla. Pero la paciencia de muchos empieza a agotarse. Goyo ha cobrado la indemnización del Consorcio de Compensación de Seguros y dispone de un terreno para empezar su vida de nuevo, pero el dinero no es suficiente para construir una vivienda. “El terreno nos lo cedió mi cuñado, estamos esperando para saber cuánto nos ingresará el Estado, si es que nos corresponde, pero seguimos esperando… algún día nos tocará”, explica sin perder la sonrisa y con una resignación de hierro.

La Consejería de Vivienda del Gobierno de Canarias ha entregado 72 de las 104 viviendas que están previstas para poner a disposición de las familias afectadas por la erupción volcánica. Además, se han adquirido 120 viviendas modulares para alojar temporalmente a quienes todavía no tienen un techo. Se han invertido más de dos millones de euros en alojar a los damnificados en diferentes hoteles y se han abonado cuatro millones en indemnizaciones del Estado por la pérdida de la vivienda principal. Además, el Consorcio de Compensación de Seguros ha desembolsado unos 89 millones. Pero a pesar de los enormes esfuerzos de gobiernos e instituciones, restaurar lo que La Palma ha perdido es imposible. Especialmente el triste recuerdo de los hogares felices que se llevó el volcán.

Javi Rodríguez

Javi Rodríguez

(La Palma, 1991) Periodista vinculado a la Cadena SER en Canarias desde el año 2009, apasionado de los...

 
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