'La invención de Morel': la idealización del amor
Una obra imprescindible de la narrativa hispanoamericana que Borges calificó como "perfecta"
'La invención de Morel': la idealización del amor
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Adolfo Bioy Casares nació en Buenos Aires el 15 de septiembre de 1914 y murió el 8 de marzo de 1999. Está considerado uno de los escritores más importantes de la literatura en español. Dentro de los géneros que desarrolló se incluyen la literatura fantástica, la policial y la de ciencia ficción. Fue Premio Internacional Alfonso Reyes y Premio Miguel de Cervantes en 1990. Colaboró junto a Jorge Luis Borges y Silvina Ocampo en la histórica 'Antología de la literatura fantástica' de 1940 y también escribió bajo el pseudónimo de H. Bustos Domecq con Jorge Luis Borges.
Entre las obras más conocidas de Bioy Casares se incluyen, además de 'La invención de Morel', 'El sueño de los héroes', 'La trama celeste' y 'Plan de evasión'. 'La invención de Morel' se publicó en 1940. Es una obra imprescindible de la narrativa hispanoamericana, innovadora, desconcertante, profunda y esencial. Jorge Luis Borges la calificó como perfecta. Habla del sentido de nuestra existencia, de la inmortalidad, de un amor más allá del tiempo.
La influencia de la novela en series como 'Perdidos'
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Como señalan en la página del club de lectura de la biblioteca Reina Sofía, parte de la atracción de la novela se debe a su misterio, a la incertidumbre en el lector de no saber bien hacia dónde le lleva ese narrador vacilante. La esencia de la trama es tan imprecisa como la metáfora de la vida misma, en la que la implicación filosófica al hablar de la inmortalidad, de nuestro paso por la vida, del amor, de la realidad frente a lo imaginado, temido, soñado o proyectado, se superponen a la narrativa. Es un texto construido para desafiar contrarios: realidad/ficción, verdad/proyección, palabra/imagen, vida/muerte, amor/destrucción. Su influencia ha llegado hasta nuestros días en la narrativa o el medio audiovisual, como se ve claramente en series como 'Perdidos'.
Lucía Leandro Hernández, en la revista Clave de Libros, señala que Adolfo Bioy Casares logra algo poco usual: mediante una historia con tintes de realidad virtual nos presenta una idealización del amor. Amor, soledad, muerte y realidad virtual son los temas de 'La invención de Morel'. Idealiza un amor capaz de repetirse eternamente sin la presencia de la cotidianidad, la costumbre y el eventual dolor de la pérdida. Tal vez es su manera de decirnos que el amor jamás será para siempre, que lo único que nos queda de los idilios pasados es el recuerdo de su vivencia, de sus momentos dulces, que son el combustible que alimenta nuestros sueños, dándole valor a nuestra existencia. Además, revive el viejo sueño de la inmortalidad.
La utopía de la eternidad
La isla de Morel es un espacio sagrado donde se ha construido la utopía de la eternidad. La eternidad que Morel sugiere ha encontrado su espacio y su proyección pero le faltaba la mirada. La mirada recrea la utopía y confirma su existencia en las palabras del manuscrito que la revela. Sin la narración, la isla sería una utopía sin memoria, un espacio mutilado, un espacio sin ritual, un espacio invisible. El narrador es el testigo de la creación, es el espectador ante quien se proyectan las sombras: a él se le confiere la investidura del sacerdote que al oficiar el ritual nos lo trasmitirá. Las preocupaciones de Borges y Bioy son semejantes pero en el universo teórico de Bioy de Casares está el amor, imagen que Borges ha preferido soslayar.
Carlos Dámaso Martínez señala que en 'La invención de Morel' la convergencia de la invención técnica y el cine con el fantástico será un signo de identidad de la renovación del género. La novela se aparta de las recurrencias clásicas del género. Si la presencia de fantasmas es un aspecto recurrente del género, aquí estamos ante la presencia de un fantasma o de fantasmas producidos por la invención técnica, un rasgo inédito. Es notorio que el carácter "técnico" del fantástico en Bioy Casares se vincula de un modo preponderante con la fascinación que tiene por el cine, un fenómeno que puede observarse también en las primeras décadas del siglo XX en otros escritores.
'La invención de Morel' relata también, a través de la investigación del narrador protagonista, la historia de un aprendizaje de la "imaginación técnica", la del desciframiento de ese "milagro" tecnológico que Morel ha inventado. Una investigación que en mucho se parece a la del detective del relato policial. Por otra parte, en la ficción fantástica por lo general existe la presencia de dos mundos, y la aventura que se suele narrar es el paso de uno de esos espacios a otro. A la fantasía tecnológica se le une una fantasía erótica. Esta confluencia del fantástico y lo erótico amoroso expresa ciertamente esas dos líneas temáticas -el fantástico y el amor- que van a estar presente y cruzándose como ejes significativos en casi toda la obra narrativa de Bioy Casares.