Un estudio constata la elevada resiliencia de víctimas de violencia de género
Es el inicio de un proyecto que se extenderá hasta 2026 y analizará las experiencias de más de 100 supervivientes para conocer qué factores influyen en su recuperación psicológica y social
Entre las conclusiones del trabajo figura el hecho de que existe falta de consenso respecto a las formas de conceptualizar y evaluar la resiliencia en violencia de género. / PIXABAY
Asturias
Las mujeres supervivientes de violencia de género, más aún las que tienen hijos, destacan por sus altos niveles de resiliencia, la capacidad de una persona para superar circunstancias traumáticas, según refleja un trabajo elaborado por investigadoras de la Facultad de Psicología de la Universidad de Oviedo a partir de 42 estudios empíricos realizados hasta la fecha.
Los resultados, publicados en la revista 'Annals of Psychology' tras una investigación financiada por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, respaldan la necesidad de desarrollar políticas sociales enfocadas a garantizar el acceso de las mujeres a una vida independiente. Las investigadoras concluyen que los apoyos del entorno son imprescindibles para la recuperación psicológica y social de las mujeres, al actuar como vía de acceso a los recursos instrumentales, materiales y emocionales necesarios para hacer frente al trauma causado por la violencia de género.
Trabajo hasta 2026
Este estudio es el primer paso de un proyecto más amplio que, durante cuatro años y con la colaboración del Instituto Asturiano de la Mujer, evaluará y analizará las experiencias de más de cien supervivientes de violencia de género para conocer qué factores influyen en su recuperación psicológica y social y qué papel juegan los apoyos del contexto.
El proyecto busca arrojar luz sobre la realidad de las mujeres que sufren violencia de género en Asturias y sobre la eficacia de la actuación de los recursos de apoyo existentes y sus resultados de la investigación se transformarán en recomendaciones de mejora de los servicios policiales, judiciales, sociales y sanitarios para que sean un apoyo real en el proceso de superación de la violencia.
Según una de las investigadoras, Natalia Fernández Álvarez, históricamente los estudios en el ámbito de la violencia de género se han llevado a cabo desde una perspectiva que consideraba a las mujeres maltratadas como víctimas pasivas ante la violencia. “Desde este enfoque, las investigaciones han profundizado sobre las características psicológicas que pudieran estar asociadas a un mayor riesgo de sufrir violencia a manos de la pareja, originando así explicaciones causales basadas únicamente en la psicología de la mujer”, apunta.
Para su compañera Yolanda Fontanil, con el paso del tiempo, los cambios sociales y los hallazgos de las investigaciones han empezado a mostrar que en la raíz de esta problemática también existen factores contextuales y los estudios llevados a cabo desde una perspectiva feminista han puesto de relevancia que las mujeres que han sufrido esta violencia no lo han hecho de forma pasiva.
A su juicio, esas mujeres actúan como agentes que deciden poner en marcha distintos tipos de estrategias y recursos para intentar garantizar su propia seguridad y la de sus hijos, así como buscar ayuda una vez que toman conciencia de la gravedad de la violencia y de la necesidad de abandonar al maltratador.
Así, uno de los aspectos clave que se explorarán durante las evaluaciones con este nuevo abordaje es la resiliencia, definida como la capacidad de las personas para acceder y movilizar todos los recursos personales, relacionales y contextuales necesarios para enfrentarse y recuperarse de una situación adversa o traumática.
Como paso previo a este proyecto las investigadoras han compilado todos los hallazgos obtenidos hasta el momento por otros investigadores en este campo y han empleado 42 investigaciones empíricas recogidas en bases de datos científicas que analizan la cuestión de la resiliencia en mujeres supervivientes de violencia de género.
Presencia de hijos, mayor resiliencia
Entre las conclusiones figura el hecho de que existe falta de consenso respecto a las formas de conceptualizar y evaluar la resiliencia en violencia de género y que las mujeres evaluadas en los estudios revisados obtuvieron puntuaciones altas en resiliencia no solo relacionada con factores individuales sino también con variables relacionales y contextuales.
Así, dentro de los factores individuales destaca especialmente el papel del sentido de control sobre la propia vida mientras que en la dimensión relacional de la resiliencia sobresale la búsqueda de ayuda en sistemas de apoyo informal (familiares, amistades y otras personas del entorno cercano de las mujeres) y formal (servicios policiales, judiciales, sanitarios, sociales, ONGs, etc.).
La presencia de hijos también está asociada a mayor resiliencia en estas mujeres y, desde el punto de vista contextual, entre los factores que ayudan a luchar contra la violencia de género destacan la disponibilidad y accesibilidad del empleo, la formación, la vivienda y el entorno seguro.
La parte contraria la integran aspectos como los roles de género, las actitudes sociales de aceptación y tolerancia hacia la violencia de género y las barreras estructurales que dificultan el proceso de salida con lo que el estudio respalda la idea de que requiere no solo del esfuerzo de las mujeres que la han sufrido, sino también de la intervención de los actores sociales.