Manu Chao y la explosión de 'Clandestino'
Esta semana dedicamos el Sofá Sonoro a recordar el primer disco de Manu Chao en solitario tras el agitado final de Mano Negra
Madrid
Tras comerse el mundo con Mano Negra, la banda que Manu Chao formó junto a su hermano, el cantante se encontró a los 37 años sin grupo y con muchas cosas que decir. En esa coyuntura decidió viajar, escuchar, aprender, abrir su mundo y sus horizontes.
Tras los años dorados de Mano Negra llegó el final de una banda que trascendió todo tipo de fronteras. En ese momento Manu Chao se encontró sin rumbo, pero con ganas de seguir haciendo cosas y en 1998 llegó su debut en solitario, ese Clandestino que marcó una pequeña revolución y que elevó a Chao a una nueva dimensión.
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El cantante salió a la calle, al mundo, con un grabadora y ganas de buscar ideas, sonidos y de vivir experiencias. “Me siento como un periodista tomando fotos de lo que veo, no es una foto preciosa, pero tiene eso del momento, soy cazador de momentos”, contaba Chao en una entrevista de la época.
De sus viajes el músico regresó con la mochila cargada y volcó todas esas ideas en un disco intenso, original y fresco que conectó con miles de personas de lugares diferentes.
En esta etapa en solitario, Manu Chao se mostró como un ciudadano del mundo con un mensaje de esperanza, pero también con ganas de luchar, de denunciar y de combatir. Con lo que no contaba Chao era que aquel disco iba a tener un éxito tan grande como el que tuvo y cómo aquello podía afectarle en el futuro.
Clandestino sembró muchas cosas e influyó en decenas de bandas que abrazaron ese mestizaje musical. Para recorrer su historia, su contexto y sus canciones nos acompañan Mario Tornero, Lucía Taboada y Arturo Lezcano.
Manu Chao y la explosión de Clandestino