La Fiscalía considera prescritos los abusos que sufrió Alejandro Palomas
La Fiscalía de Mataró ha informado al juez que los abusos denunciados son anteriores a 1980 y, por lo tanto, no pueden juzgarse. La de Sabadell mantiene abierta una investigación sobre los abusos del religioso en la Salle de Montcada
Barcelona
Los abusos y la violación que sufrió el escritor Alejandro Palomas a los ocho años están prescritos y no podrán juzgarse. Es lo que ha trasladado la Fiscalía de Mataró al juzgado, según han relatado a la SER fuentes jurídicas. Tras hacer público el infierno que vivió de niño, con apenas ocho años, Palomas denunció formalmente a su agresor, el religioso y docente de la Salle, Jesús Linares. Dado que los hechos se remontaban a los años 70, el tribunal pidió la opinión de la fiscalía, que hace casi dos semanas, el 10 de febrero, emitió un informe donde entendía que los hechos eran anteriores a 1980, y, por lo tanto, bajo la vigencia del Código Penal de 1973, están prescritos.
La decisión no tiene por qué dar carpetazo al caso Linares, ya que la fiscalía tiene abiertas dos investigaciones más para aclarar los abusos denunciados por más de una decena de víctimas al Periódico y el Diario.es. Una de estas investigaciones sigue en curso en la misma Fiscalía de Mataró, que estudia los abusos cometidos por Linares mientras fue docente de la Salle Premià de Mar; y la otra, según avanzó la SER, está en manos de la Fiscalía de Sabadell para reunir pruebas de los abusos cometidos por el mismo religioso cuando fue trasladado a la Salle de Montcada i Reixac.
Palomas: "En esa sala entré niño y salí superviviente"
"Nos remontamos al año 75. Tenía unos ocho años", empezaba Palomas. "Fui acosado, abusado y agredido sexualmente. Es difícil contarlo rápido porque es un proceso lento", confesó a Hora 25. Su agresor, al que llamó 'hermano L' era Jesús Linares, que hoy tiene más de 90 años y vive retirado en una residencia en la provincia de Tarragona.
Alejandro Palomas denuncia los abusos sexuales de un religioso: "En esa sala entré niño y salí superviviente"
"Era muy popular. Era muy extrovertido, muy afable, era como el gran papá y yo era un niño muy vulnerable (...) Empezó la historia porque yo empecé a enfermar. Empecé a enfermar cuando estaba en el colegio, tenía mucha amigdalitis y enfermaba muy rápido. El proceso era llamar a casa, me llevaban a casa y el que me llevaba era él. Y durante esos viajes ahí empezaron los abusos", señala Palomas.
El infierno de Alejandro Palomas comenzó en esos viajes a su casa cuando enfermaba. "Él me estiraba en el asiento trasero del coche, estaba muy débil. Con la mano derecha me iba manoseando mientras conducía. Me bajaba los calzoncillos, me hurgaba y me metía mano. Intercalaba eso mientras se masturbaba (...) Temía ponerme enfermo porque temía estos viajes. Mis padres lo querían mucho", relata.
En uno de esos viajes, tras abusar de Palomas, "ocurrió algo". "Él terminó, eyaculó y se enfadó muchísimo (...) De repente me echó a un lado y cuando bajó del coche me dijo una frase que se repitió mucho", denuncia Palomas: "¿Ves lo que me haces hacer?". "El gran punto de inflexión físico fue la violación. La violación ocurrió en la casa de colonias", relata.
"Alguien me tiró una piedra y me fue a dar en el ojo, me reventó el cristal de las gafas y tenía todos los cristales incrustados en el ojo. Me llevaron a la enfermería y el encargado era el 'hermano L'. Estuvieron durante mucho rato quitándome los cristales de los ojos. Me quitaron la ropa y me quedé solo en calzoncillos. Él decidió que tenía que quedarme ingresado 24 horas, en observación. A la hora de dormir vino él y lo que hizo fue decirme que como tenía tanto miedo de que yo me hiciera daño, lo que hizo fue atarme las manos (...) Me puso de lado y se fue. A partir de ese momento llegó la noche más larga de mi vida de niño. Entré niño y salí superviviente", cuenta.
"Durante las siguientes dos semanas no me bañé en ninguna piscina, ni me puse el bañador ni nada. Tenía miedo de que me llevaran al médico o que alguien pudiera ver que sangraba", explica el escritor, que siguió siendo víctima de abusos tras el verano, cuando Linares fue su tutor.
De Premià a Montcada
El hermano Jesús Linares fue trasladado de forma repentina al centro de la Salle en Montcada i Reixac en 1986, para ejercer de profesor raso hasta 2003, solo tres años después de haber ascendido a director en Premià, donde acabó volviendo. Según destapó El Periódico y ElDiario.es, durante ambas etapas Linares abusó sexualmente de varios alumnos que han decidido contar lo que vivieron tras el testimonio de Palomas.
La primera víctima de Linares de la que tiene constancia el Diario.es narró al diario que padeció los abusos del religioso en 1973. En esa época él tenía unos 8 años y se acuerda de que por alguna razón se quedó a solas con Linares en una sala. "Me dijo que yo tenía el pantalón desabrochado y que me lo iba a poner bien. Pero me metió la mano por dentro de los calzoncillos y estuvo tocando hasta que entró alguien", contó al digital.
Otros dos alumnos nacidos en 1972, aseguraron que Linares usaba la enfermería y las tutorías para acceder a los menores. "Utilizaba el castigo como excusa para llegar a situaciones en las que tenía acceso fácil a los niños", relataba uno de ellos.
En Montcada, varias jóvenes denunciaron también abusos y acoso por parte del religioso que les obligaba a entregarles sus diarios personales y les pedía que le relataran las relaciones que las jóvenes mantenían con sus novios. Algunas de ellas relataron a El Periódico o La Veu de Montcada que Linares les seguía o les hacía tocamientos.