Casado planea marcharse tras la convocatoria del congreso del PP

Madrid

Surtieron efecto la presión de los poderes territoriales del Partido Popular y las deserciones en cascada de los miembros de la Ejecutiva y de los grupos parlamentarios. Pablo Casado entregó la cabeza de su secretario general, Teodoro García Egea, y accedió a convocar un congreso extraordinario, pero pretende ahora dilatar unos días su salida, hasta que se haya celebrado el martes la Junta Directiva Nacional, hasta que haya convocado el 20 Congreso Nacional (el de su relevo) y hasta que se haya despedido de los populares en los órganos del partido como lo ha hecho este miércoles del Congreso de los Diputados. La “salida digna” de la que tanto se ha hablado en estas jornadas de durísima agonía del líder popular.

Los planes de Casado para una "salida digna"

Con ese planteamiento llega Pablo Casado a la reunión con los barones que se va a celebrar este miércoles, a las 20:00 horas, en la sede de la calle Génova. Según confirman a la Cadena Ser fuentes cercanas a la actual dirección, Pablo Casado planea trasladar a los presidentes autonómicos del PP que su intención es convocar el congreso extraordinario el próximo martes en el órgano pertinente para ello, la Junta Directiva Nacional, y hacerlo en calidad de presidente: ser él quien lo haga en calidad de presidente, echarse a un lado a partir de ahí y las bases elijan un nuevo líder.

Quiere Pablo Casado dirigirse por última vez a los 400 dirigentes del partido que integran la Junta Directiva Nacional, citados el martes 1 de marzo a las 12:00 horas, en un lugar aún por definir. Lo que sí está previsto en la convocatoria es el informe del presidente popular, una intervención de despedida, en términos parecidos a su último alegato en el Congreso de los Diputados frente a Pedro Sánchez. “Entiendo la política desde la defensa de los más nobles principios y valores, desde el respeto a los adversarios y la entrega a los compañeros. Todo para servir a España y a la causa de la libertad", ha proclamado Casado, con la tensión reflejada en el rostro, recibido entre aplausos de quienes en la víspera le abandonaron y llevaron al límite la presión hasta hacerle ceder. Porque Pablo Casado se resistió hasta el final a tirar la toalla y renunciar a su candidatura al próximo cónclave.

Y con toda esa tensión y ese desgarro llega el PP a la cita de este miércoles en Génova, a la que no está convocada la dirigente que hizo saltar por los aires al partido el jueves pasado con sus acusaciones de espionaje, Isabel Díaz Ayuso. La presidenta de la Comunidad de Madrid no es la máxima responsable del partido en este territorio (de hecho, ésta es la razón por la que ha terminado estallando todo el partido) y a eso se ha agarrado Casado para dejarla fuera de la cumbre en la que pretende diseñar la hoja de ruta de su salida con los barones, alineados todos con una posición: que Alberto Núñez Feijoo asuma las riendas del nuevo PP tras el estallido.

Esta tarde de miércoles, los barones habrán de pronunciarse sobre el planteamiento de Casado aunque a priori, consultados al respecto, no son contrarios a lo que propone el ya derrotado líder popular. “Hoy, ha dejado claro que renuncia a presentarse a un congreso, la salida digna es darle el sitio que un presidente ocupa en el congreso”, dicen en el entorno de un destacado presidente autonómico popular.