Saludar o no saludar a Úrsula Von der Leyen

Mahón

Sucedió hace algunos meses cuando una representación europea participó en Turquía de un encuentro que se convirtió en, más bien, un desencuentro. El trato diferenciado de la Presidenta de la Comisión Europea frente al Presidente del Consejo Europeo por parte de las autoridades turcas sirvió para que muchas personas, no sólo feministas, apuntasen al feo gesto de minusvalorar a la mujer frente al hombre en esa reunión. Eso no sólo tuvo como objetivo a las formas machistas de los turcos si no que arremetió contra Charles Michel que no pareció (o no quiso) corregir o hacer notar el gesto de cierto menosprecio de Erdogán en aquel encuentro.

El caso es que se ha repetido. En la cumbre en la que Úrsula y Michel (en esta ocasión junto al presidente francés Emmanuel Macron) ser reunieron los representantes de la Unión Africana hubo por parte del presidente de Uganda un gesto diferente según el género. No estrechó la mano de la Presidenta de la Comisión Europea. Una vez más, como analiza Cristina Font Haro, falla la falta de reacción por parte de Charles Michel. Tuvo que ser el presidente francés que insistiera al ugandés para que saludara a la dirigente que tenía a su lado. No le estrechó la mano como a los hombres si no que se limitó a hacer un gesto con la cabeza.