Ucranianos residentes en Ibiza: “No queremos sacar a nuestras familias de allí, queremos volver y defender nuestra tierra”

Ibiza

La comunidad ucraniana de Ibiza ve con perplejidad los ataques de Rusia a su país y empieza a organizarse para ayudar en lo posible desde aquí a sus compatriotas. Esta tarde van a celebrar una misa a las 7 y media en la capilla de Lurdes, en Santa Eulària, a la que acudirá también el obispo de Ibiza y después se reunirán para decidir los próximos pasos a dar.

Actualmente, 263 ucranianos residen en las Pitiusas, según los datos del Instituto Nacional de Estadística. Son 124 hombres y 139 mujeres. Con algunos de ellos hemos hablado en 'Hoy por Hoy para Ibiza y Formentera' para conocer cómo están viviendo el conflicto desde la distancia. Una de ellas es Marina Lukynyuk. Lleva 19 años viviendo en Ibiza, pero tiene allí a toda su familia. Dice que están barajando la posibilidad de volver para defender su país y asegura que no quieren sacar a sus familias de allí, sino "volver para defender nuestra tierra".

Menos tiempo lleva en la isla el sacerdote Dmytro Kyisashko, que llegó hace 2 meses. Dice que esperaban que pasara algo, pero nadie se esperaba algo así. Ahora confía en que el Ayuntamiento de Santa Eulària les dé permiso para salir a la calle a pedir paz y hace un llamamiento a toda la población para que se sume.

Natalia Deley, lleva 15 años en Ibiza. Reconoce que están preocupados porque llevan 8 años viviendo en tensión, pero nadie esperaba que Rusia diera un paso así y tiene la esperanza de que la comunidad internacional consiga parar el enfrentamiento.

La comunidad rusa no se lo esperaba

Y en el otro lado, la comunidad rusa, que también reconoce que la tensión iba en aumento, pero no esperaban un enfrentamiento directo. Leonid Raldes vive en Ibiza desde hace 6 años. Explica que la última vez que estuvo en su país fue estas pasadas Navidades y nada hacía pensar que pudiera ocurrir algo así.

Raldes dice que la población no tiene ganas de enfrentamientos y cree que el conflicto se debe a intentos políticos de mostrar poder. Es optimista y cree que la tensión se rebajará pronto y no tendrá graves consecuencias internacionales.