Córdoba

Si tomamos la media de precipitaciones de los últimos tres años, en este 2022 solo ha llovido un 8 % de esa cifra. Una situación que ya sufren agricultores, ganaderos y apicultores y por la que el próximo viernes, el ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha convocado la mesa de sequía para adoptar medidas que puedan paliar la falta de agua y garantizar e

Los datos son "muy preocupantes" recuerda el catedrático de Hidráulica y Riegos de la Universidad de Córdoba (UCO), Emilio Camacho, quien alerta que "desde los años setenta las sequías son más intensas, de mayor duración y más frecuentes". Y aunque es difícil realizar afirmaciones rotundas, su visión coincide con la de expertos de la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich, que señalan la Península Ibérica como una zona "de riesgo extremo de sequía en el futuro", con una probabilidad de hasta el 96 % en los meses de julio venideros.

El especialista de la UCO, sin embargo, no pierde la esperanza en que el año hidrológico se estabilice. "Así como ha ocurrido en otras ocasiones", detalla al rememorar que "en 2018 para estas fechas estábamos exactamente igual y el decreto de sequía estaba encima de la mesa del ministerio, pero en marzo comenzó a llover y se recuperaron los embalses".

No se trata solo de que llueva, amplía, "sino de que cambie el patrón de lluvias que tenemos actualmente, porque son muy intensas y concentradas en pocos días". Ese agua, comenta, "se aprovecha muy poco porque se va por escorrentías y tampoco llena los embalses". Es decir, "que caigan cien litros por metro cuadrado en un día tiene un aprovechamiento mínimo para el campo".

Y es que, de no cambiar la tendencia, advierte Camacho, "el campo va a sufrir enormemente, pese a que en Andalucía tenemos una superficie de riego altamente tecnificada ya". Si se adoptan restricciones en la cantidad de agua disponible para los agricultores, explica el miembro del Campus de Excelencia Agroalimentaria CEIA3, "nos estaremos yendo a riegos de emergencia para que la planta no sufra, pero no con un fin productivo".

El siguiente paso, indica el catedrático, "es dirigirnos hacia la sensorización de nuestros cultivos". Y aunque "en esta materia los avances son lentos, permiten una ayuda en la gestión de riego y la toma de decisiones con conocimiento, sin margen de error". Y además, matiza Camacho, "el coste es relativamente asequible".

PUESTA EN MARCHA INMINENTE DE 'REUTIVAR 2'

En Andalucía, el olivar supone el 21 % de la demanda hídrica para regadío, con más de 500.000 hectáreas cultivadas. Con objeto de minimizar su impacto en los embalses, el grupo de investigación de Hidráulica y Riegos de la UCO puso en marcha un proyecto multidisciplinar conocido como Reutivar, que usó como laboratorio explotaciones olivareras de Montilla.

A través de una App, el riego de los olivos es programable basándose en las necesidades del olivo y las condiciones del suelo y la humedad, además de incorporar el 'fertiriego', que ajustaba la cantidad de fertilizante que necesitaba el cultivo a través del cruce de datos del 'estado de salud' de la planta. Además, el Reutivar incorporaba como novedad la opción de utilizar aguas regeneradas para el riego de cultivos de olivar y vid, algo que a día de hoy ya utilizan 30.000 hectáreas de cultivo entre Córdoba y Jaén.

Ahora, Emilio Camacho avanza que "en breve comenzaremos el Reutivar 2". De nuevo, explica, "se constituirá un grupo opertativo durante 18 meses, en el que vamos a estudiar cómo el fertilizante que va a través del agua de riego se distribuye entre las distintas parcelas de cultivo".