“He dado calabazas a muchísimos artistas; nunca hice nada a la fuerza”
Radio Jerez entrevista en exclusiva a Manuel Alejandro tras una intensa semana de homenajes y reconocimientos al mejor productor musical en español del último siglo
Entrevista al compositor jerezano Manuel Alejandro
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Jerez de la Frontera
Ha sido una semana intensa y agotadora. La pandemia había retrasado los homenajes y los actos en reconocimiento al mejor compositor y productor musical de habla hispana del último siglo. Pasaban los meses y hasta un año detrás del otro, y tanto se apretó el calendario que en cinco días coincidieron casi simultáneamente los nombramientos como hijo predilecto de Jerez, su tierra natal, de la provincia de Cádiz y por último este lunes de Andalucía.
Para quien nunca fue amigo de aparecer en actos públicos, lo que le permitía ir al mercado a comprar pescado pasando desapercibido, la sucesión de emociones ha sido extraordinaria. Excesiva seguramente a juicio de su médico personal, encargado de controlarle la arritmia, el único achaque confesable a sus bien llevados 89 años.
La muerte por Covid hace once meses de Purificación Casas, su mujer, madre de cuatro de sus hijas y musa durante 57 años, pudo precipitarlo todo. Quién sabe si la intención del maestro es la de procurar cansarse y llegar a la noche apenas sin vida, como escribía en ese enorme tema “Procuro olvidarte”, que tanto le cuesta volver a escuchar por el vacío que le ha quedado en el alma.
En Radio Jerez teníamos una deuda pendiente con Manuel Alejandro. Al compositor jerezano le concedimos en 2006 el premio Jerezanísimos, pero entonces no pudo acompañarnos en la gala celebrada en el Teatro Villamarta y fue un sobrino suyo quien lo recogió en su nombre. A pesar de su apretada agenda, de la que se encarga con tino su hija Viviana, el hijo de Germán Álvarez-Beigbeder nos ha hecho un hueco y nos ha atendido unos minutos. No es un género el de la entrevista en el que se haya prodigado. Apenas un par de decenas en toda su vida. Pronto sabremos que esta excepción se debe a que se trata de Radio Jerez, el mismo medio de comunicación al que acudió un 12 de octubre de 1947 para interpretar en los primitivos estudios de la plaza de las Angustias los himnos de los países de América Latina con motivo del Día de la Hispanidad. Tenía solo 14 años, y el piano era el mismo que, con casi cien años, se conserva aún en el estudio principal.
“Todo me cuesta mucho trabajo porque no soy listo y tengo que estudiar cada día”
Al escribidor de canciones, que vivió en el barrio de Santiago hasta los veinte años, lo que marcó sin duda su carrera, la vocación le vino “del vientre de mi madre, donde ya oiría a mi padre, que tocaba el piano cada día”. Aun así, no fue un niño prodigio, “lo que hubiera facilitado mucho las cosas, porque todo me cuesta gran trabajo porque no soy una persona lista, despierta ni dispuesta, y tengo que estudiar y prepararme todos los días”.
Manuel Alejandro no deja de ensalzar las bondades de su tierra, y además de haber sido homenajeado por el Xerez Deportivo, que le hizo entrega de una camiseta, asegura que “desde hace años me tomo una copa de fino cada noche, La Janda o Tío Mateo, que me mandan mis amigos José Ramón Estévez y Alvarito Domecq”. Ya en el documental que emitió La 2 de TVE el pasado año sentenciaba que “la mejor copa de vino de Jerez es la tercera”, a lo que ahora añade “que la tercera empieza a ser la mejor copa, pero la novena tiene que ser increíble”.
Hacer las maletas y marcharse a Madrid con apenas veinte años fue clave, “porque lo importante es el medio ambiente en el que uno está creando y criándose como profesional de la música”. En este punto hace un inciso, “porque no soy partidario de decir que la música es lo mío. Como la pintura es la pintura y el dibujo es el dibujo, la música es la música y la canción es la canción. No nos olvidemos de eso. Meterse ya en la música es componer, estar en la canción es escribir”.
Si el mejor compositor y productor musical en español del último siglo hubiera escrito canciones en inglés, su leyenda habría sido mayor aún. De hecho, el álbum que más copias vendió, uno del mexicano José José que rozó los 30 millones, “es una cifra absolutamente normal en Estados Unidos o Inglaterra. Pero el inglés desgraciadamente se cuela en todos lados, y no es por la calidad, sino por lo que abraza el idioma al mundo. Aquí nos hemos tragado cada tipo en inglés que no veas lo malos que eran, pero cantando en ese idioma la desafinación casi no se nota”.
“Ahora hay muchas canciones sin música, melodía ni ritmo fijo; sólo palabrería con ruido detrás”
Si tuviera que emprender hoy la carrera de escribidor de canciones, Manuel Alejandro tiene claro que “me dedicaría mejor a las nuevas tecnologías, pero no creo que consiguiera lo mismo”. En este sentido, a la hora de valorar el tipo de canciones que se hacen en la actualidad asegura que “muchas no tienen música, melodía ni ritmo fijo, sino una palabrería con un ruido detrás”. Muchos de los cantantes latinos actuales “hacen canciones mías, pero cuando dejan de cantarlas vuelven al triki triki triki trikitrán…”.
Salvo a Raphael, al que escribió más de cien canciones, Manuel Alejandro ha ido rotando de artistas en estos setenta años de intachable trayectoria. También hubo a quien dio calabazas: “Muchísimos, y sigo porque no he hecho nunca nada a la fuerza y a todos los que escribí es porque los vi apropiados para que la sirvieran al público”.
El último tema que ha escrito, “Y ya te quería”, interpretada por su ahijado, Alejandro Sanz, está siendo un rotundo éxito y confirma que su creatividad e inspiración siguen intactas. Acerca de si la mejor canción está aún por llegar, tiene claro que sí “porque uno intenta que salga de más adentro todavía”.
Por la calle que Jerez le dedicó a mediados de los noventa, junto a las Adelfas, solo ha pasado en una ocasión, reconoce, “y cuando lo hice vi cómo un perro se estaba meando encima de la placa”, recuerda bromeando.
Siendo una imagen impagable de Jerez ante el mundo, llama la atención que el Ayuntamiento no le haya ofrecido ser embajador desde ya de la candidatura a la Capitalidad Europea de la Cultura en 2031. Queremos pensar que se habrá debido a un olvido con tanto trajín.