"Hemos despertado vivos. Creía que este sitio iba a ser seguro para mis hijos, pero no"
Olena es profesora de español en una universidad en Kiev y huyó con sus hijos la semana pasada a la aldea familiar en el noreste de Ucrania
Olena Bratel, desde Kiev: “Vivimos en una aldea y ahora nadie se atreve a recogernos, los rusos están en carreteras pequeñas”
Madrid
Cuando comenzaron a caer las bombas, Olena hizo las maletas y marchó junto a sus hijos a la aldea familiar en el noreste de Ucrania. Tuvo que dejar a sus padres en Kiev. Su madre no puede andar por lo que le es imposibe bajar a los refugios antiaéros cuando suenan las sirenas. Cada día es un lucha y un triunfo. Olena se ha encontrado con que la aldea en la queestá no es tan segura como imaginaba. Hay militares patrullando por los caminos y eso le inquieta: "Hemos despertado vivos. Creía que este sitio iba a ser seguro para mis hijos, pero no". Olena es profesora de español en la Universidad Nacional Taras Schevchenko.
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"Lo único bueno de la aldea es que hay comida porque hay animales, leche, hortalizas. Y lo vecinos se ocupan de nosotros", afirma. "Puedo mandarles mensajes a mis padres que están en Kiev. No pueden bajar al subterráneo porque mi madre no puede andar", explica.
La familia consulta las noticias a través de las redes sociales y la radio. Se felicita de la buena acogida por parte de los vecinos: "Mis hijos deben ser los únicos niños de la zona". "Vivimos en una aldea y ahora nadie se atreve a recogernos, los rusos están en carreteras pequeñas", lamenta.
Miles de personas han pasado la noche en la estación central de trenes Kiev ante el temor de que se inicie la gran ofensiva que anunció Putin