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El PSOE ignora la crítica creciente de Podemos y se centra en frenar el impacto de la guerra

Sánchez reconoce que vienen “tiempos muy duros” y recibe este lunes en la Moncloa a patronal y sindicatos para abordar un “pacto de rentas”

El presidente del Gobierno y secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, la vicesecretaria general del partido, Adriana Lastra,; la vicepresidenta primera del Senado, Cristina Narbona, durante el Comité Federal del PSOE celebrado este domingo. / Emilio Naranjo (EFE)

Madrid

“La política exterior la decide el presidente del Gobierno. Está firmado”. Eso repiten en el PSOE y en el sector socialista del Gobierno cada vez que les pregunta por la escalada verbal de la cúpula de Podemos a cuenta del envío de armas a Ucrania. La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, mantiene en primer término su oposición a Sánchez por este asunto (este domingo ha clamado contra “los partidos de la guerra”) pero la determinación del conjunto del PSOE ha sido ignorar a sus socios: nadie se ha referido a ellos en la reunión a puerta cerrada del comité federal socialista, nadie ha secundado sus tesis y nadie ha dado mayor importancia a esta discrepancia del partido minoritario de la coalición.

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El ambiente este domingo en la sede socialista de Ferraz ha sido de preocupación, pero no por la estrategia de Belarra y de su número dos, la ministra de Igualdad, Irene Montero. “Con la que tenemos encima, no estamos para contestar a Ione Belarra”, comentaba a los periodistas un responsable del partido. Y este ha sido el ánimo de la gran mayoría de los socialistas consultados, muchos de ellos apuntando a las diferencias internas dentro del sector morado del Ejecutivo porque tanto la vicepresidenta Yolanda Díaz como el ministro Garzón (IU) han apoyado con claridad al presidente del Gobierno. “A ver si se van a quedar solas Belarra y Montero, pero la opinión pública está donde está”, comentaba en privado una integrante socialista del Ejecutivo.

“No ha faltado diplomacia, ha sobrado agresión”

En su intervención en abierto ante el principal órgano socialista, el presidente del Gobierno no ha hecho referencia expresa a Podemos ni a sus críticas al envío de material ofensivo, pero sí que ha querido dejar sentado que la Unión Europea no ha renunciado a la diplomacia, que es la única vía que la cúpula morada contempla para detener la guerra: “No ha faltado diplomacia, ha sobrado agresión”, ha censurado Sánchez, que ha relatado cómo el régimen de Putin ha ido preparando esta guerra.

“Mientras se dialogaba, el agresor preparaba la agresión”, ha añadido, para defender a continuación, que España está “en el lado correcto de la historia”. Y en esas está el PSOE. No hay incomodidad en las filas socialistas por la posición del Gobierno y de la Unión Europea. De hecho, a puerta cerrada han emitido un mensaje en vídeo de Josep Borrell al comité federal, ampliamente aplaudido. Por unanimidad, el PSOE ha aprobado una resolución que fija la posición del partido en este conflicto, que “nadie sabe cuánto durará”, en palabras de Sánchez. Sin fisuras, el presidente ha recibido hoy el apoyo de los socialistas de todas las latitudes; del asturiano Adrián Barbón (que ha argumentado que estuvo en contra de la guerra de Iraq y está en contra de la de Ucrania por las mismas razones) y del extremeño Guillermo Fernández Vara, que ha reivindicado los indultos del procés como un ejemplo de decisión difícil sobre la que el tiempo ha dado la razón al PSOE.

Estabilidad y esperanza

Esta unidad interna exhibida hoy por los socialistas es importante para Sánchez, que ha reconocido hoy ante su partido que “vienen tiempos muy duros y que la guerra de Putin hará que sean más duros”. A pesar de ello, ha querido dejar un mensaje de confianza, aferrándose a la experiencia de todas las “adversidades” superadas hasta ahora desde que llegó a la Moncloa: “No ha faltado de nada. Pandemia, catástrofes naturales y ahora una guerra. Y ahí sigue adelante España, ahí sigue adelante el Gobierno mientras muchas cosas se desmoronan a nuestro alrededor”. Los mensajes de estabilidad y esperanza han perlado el discurso del presidente, que este lunes recibe en la Moncloa a patronal y sindicatos para abordar la subida de los precios y buscar soluciones en el ámbito doméstico, para empezar lo que el Gobierno ha denominado como un “pacto de rentas”. Esto en el inmediato. A medio y largo plazo, Sánchez ha garantizado que el Ejecutivo seguirá adelante con las reformas pendientes, porque “antes y después de la pandemia, antes y después de la guerra, nuestra mirada está puesta en las aspiraciones de la sociedad”.

“El objetivo de Putin es frenar el bienestar de los europeos. Socavar la competitividad de las industrias y la economía europea y no se lo vamos a permitir: Vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para los ciudadanos, nuestras empresas y nuestras industrias no se conviertan en rehenes del chantaje energético de Putin”. Ese ha sido el compromiso que ha hecho Sánchez ante el comité federal socialista, días antes de participar en una cumbre informal de la UE en Versalles, esta semana, para hacer frente a los desafíos e incertidumbres que plantea la invasión de Ucrania.