Puede que tu cena la haya hecho un robot y ni siquiera lo sepas

MADRID

Parece ciencia-ficción, pero está pasando. En dos de las plataformas de comida a domicilio que operan en Barcelona —Glovo y Uber Eats— hay seis marcas que parecen normales, pero no lo son. Por su oferta gastronómica pueden pasar desapercibida: alitas de pollo, comida india, platos saludables... Lo que sus clientes ni siquiera imaginan es que el cocinero ha sido un robot.

Se niegan a revelar cuáles son esas marcas para no condicionar a sus clientes, pero detrás de todas ellas está Remy Robotics, una empresa creada en Barcelona a finales de 2018 que comparte nombre con uno de los personajes de la película Ratatouille y que ya lleva dos años haciéndole la cena a miles de personas, utilizando para ellos "cocinas autónomas dotadas de tecnología robótica".

Al estar en fase de registro de la propiedad intelectual y las patentes, no hay imágenes sobre cómo son esas cocinas, así que toca imaginárselas: ¿una Thermomix gigante, una sala llena de humanoides?

"El mundo está pensado para personas"

Nada de eso. "Al no haber personas que tengan que moverse de forma cómoda, nuestras cocinas son bastante pequeñas. Tenemos una de solo 15 metros", explica Manel Terraza, responsable de Producto y Operaciones. "Dentro hay brazos robóticos, pero también hemos tenido que crear nuestro propio equipamiento: hornos, neveras, congeladores... El mundo está pensado para personas y, cuando pones un robot en el centro, lo tienes que cambiar todo".

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Terraza asegura que uno de sus platos más vendidos es el curry tikka massala y asegura que cuentan con una "aceptación brutal", pero no desvela cuánto han vendido hasta ahora.

¿Una amenaza para el empleo?

Una cocina operada por robots despierta mucha curiosidad, pero su irrupción puede suponer un antes y un después en cuanto a empleo. ¿Acaso hay millones de puestos de trabajo en peligro? "La realidad es muy diferente", responde Terraza. "Más de la mitad de nuestro está formada por chefs, solo que en vez de tenerles cocinando, les tenemos pensando cómo ha de cocinar el robot. Algo de más valor añadido que, además, pueden hacer sin tener que trabajar de noche o los fines de semana, y sin la presión del servicio. Eso se lo dejamos a los robots".

Más allá del diseño de los platos y de la preparación de los ingredientes, de hecho, solo hay una persona que interviene en el proceso: la que se encarga de recargar la materia prima, de entregar los pedidos al repartidor y de la atención al cliente.

Barcelona-París

"No somos la única empresa que hace robótica para el mundo de la restauración, pero sí somos únicos en algunas cosas", señala en la feria Hospitality Innovatin Planet de Madrid, donde ha presentado el proyecto. "El modelo está probado y ahora empezamos la fase de expansión".

Con la sede en Barcelona y parte de su equipo trabajando desde Londres o Tel Aviv, Terraza explica que han decidido apostar por París, donde ya operan con Uber Eats, Deliveroo y Just Eat, para iniciar su fase de internacionalización. "La hemos elegido por proximidad, por ser una capital europea y porque es un mercado bastante maduro", señala.