La discriminación hacia las mujeres se da en diferentes ámbitos sociales y económicos, uno de ellos es el ámbito laboral en el que las trabajadoras cargan con salarios menores a los de sus compañeros varones, con parcialidad involuntaria y con exclusión laboral o menor promoción por ser madres. Las mujeres deben enfrentarse a diversos sesgos potenciados por los roles que siguen existiendo en la sociedad y que las limitan en su día a día en el trabajo aunque tengan la misma formación que sus compañeros hombres. En España la brecha salarial entre hombres y mujeres se sitúa en el 24%, según el último informe publicado por el sindicato Comisiones Obreras. La ganancia salarial media de los hombres en el año 2019 fue de 26.934 euros frente a los 21.682 euros de las mujeres, por lo que la diferencia salarial fue de 5.252 euros al año. La modalidad y el tipo de contrato son dos de las principales causas de discriminación hacia las mujeres ya que casi seis millones de estas, el 75,11% de las trabajadoras asalariadas, tiene una jornada a tiempo completo mientras que en el caso de los hombres el porcentaje se eleva al 92,62 %, según datos que se pueden desprender del último informe del sindicato UGT sobre brecha salarial. Además los sectores feminizados y las trabajadoras no cualificadas son las más discriminadas, ya que si se analiza la brecha salarial por sectores de actividad los más feminizados son los más precarios. Por ejemplo, las actividades sanitarias y de comercio, que concentran a más de dos millones de mujeres, soportan brechas del 26,86% y del 25,81%. Las mujeres también son las trabajadoras que más soportan la temporalidad en el empleo. Desde el sindicato UGT denuncian en su último informe que el 27,21% de las mujeres trabajadoras soportan un contrato temporal frente al 24,39% de los hombres. La conclusión es la misma a la que llegan desde Comisiones Obreras que además añaden otros aspectos que incrementan la precariedad como la menor permanencia y antigüedad en la empresa debido a que las mujeres interrumpen más su carrera laboral para la crianza y el cuidado. La mayor precariedad de las mujeres en el ámbito laboral no solo es característica de las empresas privadas, también lo es de las administraciones públicas. Según el último informe de CSIF la diferencia en la contratación temporal entre hombres y mujeres ha subido en un 33,8% con respecto al año anterior. Además, son ellas las que más se acogen a excedencias para cuidar a sus familiares, desde CSIF calculan que el número de mujeres que se acoge a excedencia por cuidado de familiares triplica el número de hombres que lo hacen y lo quintuplica en el caso de las reducciones de jornada. Otra de las grandes lacras en el mercado de trabajo es el conocido techo de cristal. Se denomina así a una barrera invisible que aparece cuando las mujeres aumentan de categoría, acercándose a la parte superior de la jerarquía de una empresa y se les bloquea la posibilidad de avanzar en su carrera profesional. De hecho, las mujeres solo ocupan el 34% de los puestos de dirección en España, según el informe Women in Business 2021. Entre las causas del techo de cristal se encuentran que el rol de cuidado sigue adjudicándose casi exclusivamente a las mujeres y se tiene la idea de que los hombres se van a implicar más en las tareas laborales, por lo que las mujeres siguen teniendo que demostrar más que ellos para poder ascender en la vida laboral. El 72 % de las mujeres que han sufrido acoso sexual laboral o por razón de género en su trabajo no han denunciado en los hechos en su empresa según un estudio promovido por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género y elaborado por el sindicato CCOO. Además, la realidad demuestra que es difícil aportar pruebas de una conducta como esta porque frecuentemente sucede sin testigos y desanima a muchas víctimas a emprender acciones legales oportunas.