Yolanda Díaz reúne a los ministros de Unidas Podemos y pacta con Belarra "rebajar las tensiones"

Madrid

Unidas Podemos trata de cerrar la brecha abierta con el PSOE por la respuesta a la guerra de Ucrania, y calmar sus aguas internas, tras el mayor distanciamiento público que se ha vivido hasta ahora entre Yolanda Díaz y la dirección de Podemos. Y con ese cometido, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, reunió este lunes a los ministros de Unidas Podemos y sus secretarios de Estado, según han confirmado a la Cadena SER fuentes del espacio confederal.

Esa reunión llegaba después de la conversación que mantuvieron el domingo por la tarde Díaz y la ministra Ione Belarra, en la que acordaron “rebajar las tensiones”, según las fuentes consultadas. Y la desescalada pactada comenzaba con la aclaración que hizo la dirección de Podemos el lunes por la mañana, asegurando que Belarra no había llamado al PSOE “partido de la guerra”.

Las discrepancias internas, y las críticas de Podemos contra el PSOE por anunciar el presidente Pedro Sánchez el envío de armas a Ucrania, alcanzaron su momento más crítico el domingo por la mañana, cuando la líder de Podemos cargó en un acto de partido contra los “partidos de la guerra” que defienden el envío de armas, en lo que se interpretó como una dura crítica a los socialistas.

Esas palabras supusieron un punto de inflexión y, tras el revuelo generado, Díaz y Belarra mantuvieron el domingo su conversación más extensa desde que miércoles estallarán las tensiones. En ella, acordaron reconducir la situación, en el seno del Gobierno de coalición pero también dentro de Unidas Podemos, que se dividió el miércoles tras ese anuncio del presidente de enviar armas: Díaz, el líder de Izquierda Unida y ministro Alberto Garzón, y el ministro Joan Subirats, representante de los comunes, decidieron cerrar filas con Sánchez para preservar la unidad de la coalición, mientras que Belarra y la ministra Irene Montero se lanzaron la criticar al PSOE con dureza.

"Partido de la guerra"

Tras esas polémicas palabras de Belarra el domingo por la mañana, la dirección de Podemos esperó un día, pero en su habitual rueda de prensa de los lunes por la mañana la portavoz Isa Serra aseguró que en ningún caso la ministra se refería al PSOE al hablar de “partido de la guerra” y, además, mostró su respaldo explícito al presidente Sánchez, a pesar de las discrepancias; unas explicaciones que los socialistas dieron por buenas.

Así lo interpretan también en Podemos y, como prueba, señalan que fue precisamente después de esa aclaración cuando el jefe del Ejecutivo confirmó que finalmente sí acudiría al acto que organizaba la misma tarde del lunes el Ministerio de Igualdad de Irene Montero, con motivo del 8M, y con la presencia también de la líder del partido morado.

Entre las palabras de Belarra y la matización de Podemos se produjeron también distintas conversaciones entre representantes de Unidas Podemos y el PSOE, incluidos contactos entre Díaz y Sánchez, y entre Belarra y el ministro Félix Bolaños, según fuentes de la coalición.

En Podemos recibieron el miércoles con mucho malestar al anuncio de Sánchez de que sí se enviaría armas a Ucrania y no tardaron ni media hora en cuestionar públicamente la decisión, mientras la vicepresidenta Díaz se apresuró a cerrar filas con el presidente, respaldada en su gesto por el líder de Izquierda Unida y ministro Alberto Garzón, y el ministro Joan Subirats, representante de los comunes.

El distanciamiento de Yolanda Díaz

Fuentes del PSOE y de Unidas Podemos informaron después de que el presidente Sánchez había informado previamente a Díaz de su decisión, y de que el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, había hecho lo propio con Belarra, aunque los morados matizan que a ellos no se les llegó a concretar que la decisión ya estaba tomada y, de hecho, reprochan a los socialistas haber roto su compromiso de limitar el envío de armas a Ucrania a través de la Unión Europea.

Las críticas a los socialistas desde la dirección de Podemos fueron a más en los días posteriores y, también el distanciamiento de Díaz y la cúpula de los morados; división que llega además tras semanas de tensiones internas que tienen en parte que ver con los planes de la vicepresidenta para construir su futuro proyecto político o, más bien, con la falta de concreción del papel que tendrán en él los partidos.

En este contexto, la revista LaU, que dirige Garzón, publicó un artículo el pasado domingo en el que avisaba de que “es probable” que la vicepresidenta esté “sufriendo un momento de asfixia por parte de las fuerzas políticas que forman el espacio” y avisaba del riesgo de que dé un paso a atrás.