Juliia, refugiada ucraniana en Mallorca "No entendemos nada, mi hermano me pregunta dónde están sus juguetes y no sé qué responder"
Los refugiados ucranianos en Mallorca no esperaban el inicio de la guerra y piden volver cuanto antes a su hogar
Llegan refugiados de Ucrania a Palma
Palma
Juliia tiene 23 años y no sabe qué responder a su hermano pequeño cuando le pregunta por sus juguetes. Volodymyn llegó a entrenar a Alcudia 10 días antes del inicio de la guerra y ayer se abrazaba con su mujer y su hija que han huido de las bombas. Dos historias diferentes de vida con un punto en común: la guerra de Ucrania y su refugio en Mallorca.
Juliia Pohrebniak tiene apenas 23 años y tenía una vida normal, trabajaba en un supermercado y salía con sus amigos, vivía en una ciudad a 600 kilómetros de Kiev. Reconoce que esperaba que la guerra les mirara de lado, que acabaría pronto, sin embargo, las bombas arrasaron el barrio residencial de chalets en el que vivía. Sin casa, huyó con su familia a Mallorca donde había trabajado en veranos anteriores, ya piensa en volver y no sabe qué responder a su hermano pequeño cuando le pregunta qué sucede.
Juliia tiembla mientras habla y cuenta cómo perdió a un amigo de 20 años que iba a comprar medicinas en lo que parecía un alto al fuego.
Volodymyn Frediuk también es joven, 26 años, vino a entrenar a Mallorca 10 días antes del inicio de la guerra, de imaginar la actuación de Putin, reconoce que no hubiera viajado, intentó volver pero los aeropuertos estaban cerrados, ayer se abrazaba con su mujer Nadiia y su hija Alisa. Nadiia reconoce su miedo, cuenta cómo oía y vio explosiones desde su ventana, el miedo que pasó por su hija en el camino a la frontera y cómo tuvo que dejar parte de su familia en Járkov.
Volodymyn cuenta tenía una vida en Ucrania, un negocio y ahora sólo piensa en regresar, quiere volver pero no sabe qué tiene qué hacer.
Intentan hablar con sus familias a diario pero no siempre pueden ya que la falta de electricidad deja los móviles sin batería. También se muestran muy agradecidos de la ayuda que están recibiendo. De los testimonios se extraen dos grandes ideas que se repiten: no se esperaban la llegada de la guerra de Rusia contra Ucrania y la necesidad de volver cuánto antes a su vida, a lo que era su hogar.
En el caso de Juliia se encuentra con una familia de acogida en Can Picafort junto a otras 12 personas, mientras que Volodymyn y su familia de momento permanecen en el hotel Covid habilitado ahora para los refugiados ucranianos.




