El Celta se abona a la tierra de nadie

Vigo

El Celta volvió a parecerse al del Wanda Metropolitano. Plano, tímido y penalizado por los errores. Era el minuto 65 de partido. Desborde por banda izquierda, Danjuma filtra un pase para Trigueros que se saca un taconazo y Parejo remata raso y centrado pero Dituro no pudo atajar. Una acción que valió un partido. Antes había tenido Brais Méndez un mano a mano para poner el 0-1. Ahí estuvo la diferencia. Lo curioso es que el gol del Villarreal se produjo en la primera jugada después de que Coudet sacase a Mina y Solari al campo. Tenía pinta el partido que el que marcase se llevaría el encuentro y así fue. Desde Emery cambió el guión y se dedicó a hacer pasar el tiempo e intentar matar al Celta en una contra.

Como pasó en el Wanda el Celta se estrelló en el juego horizontal sin demasiada profundidad. Todo muy plano hasta que en el minuto 87 salieron Orbelín y Tapia. El equipo se desordenó, se envalentonó y empezó a encadenar ocasiones. Aspas probó a Rulli. Mandi salvó bajo palos un gol de Aspas y otro de Mina y alguna ocasión más tuvo el equipo de Coudet pero ya a contrarreloj. Algún día alguien explicará el caso Orbelín Pineda.

El Celta estaba tan cómodo defensivamente en la primera parte que se olvidó de atacar la portería del equipo amarillo. En la segunda parte pisó el acelerador los primeros 15 minutos. Después ya le costó mucho más. Coudet no quiere oír de la Tierra de nadie pero se le está poniendo al equipo cara de Tierra de nadie. Como en el Wanda poco que destacar salvo los incansables Galán y Beltrán y los pocos chispazos que nos dejó Aspas. Coudet no confía en lo que tiene en el banquillo. Eso está claro. El Celta era uno de los mejores equipos a domicilio de la Liga pero, en las dos últimas salidas, tiene el colmillo poco afilado. Tampoco parece tener mucha hambre. Se le nota. Aspas tira del carro pero el carro se queda al ralentí. Ahora toca pensar en Betis y Real Madrid en Balaídos. Lo mejor es no ver más allá del Betis.