Antonia Ferrín y otras científicas gallegas en el callejero de A Coruña
En Coruña Científica analizamos la figura de Antonia Ferrín

Coruña Científica, con Bibiana García (15/03/2022)
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A Coruña
La semana pasada, que además celebramos el Día Internacional de la Mujer, conocíamos que dos mujeres tendrán calle en A Coruña: la futbolista profesional Irene González Basanta y la científica gallega Antonia Ferrín, en este segundo caso gracias a una propuesta de la Agrupación Astronómica Ío. Así que hoy estamos de celebración en 'Coruña Científica' con esta incorporación al callejero y vamos a conocer mejor a Antonia Ferrín.
Hasta ahora solo había dos mujeres científicas con calle en nuestra ciudad, Isabel Zendal (en la ciudad vieja, en una perpendicular en la calle de la Maestranza) y María Wonenburger (en una perpendicular a la avenida de Arteixo, pasado el Centro de Salud de Os Mallos). Hace unas unos meses hablábamos de ellas cuando repasábamos las calles con nombres de científicos gallegos que hay en la ciudad, la mayoría hombres, unos diez. Entonces veíamos que Isabel Zendal fue la enfermera que viajó con la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna para llevar la vacuna de la viruela a América. Y que María Wonenburger, nacida en Oleiros, fue una prestigiosa matemática que desarrolló casi todo su trabajo en el extranjero, en Estados Unidos y Canadá, y también fue la primera mujer española en conseguir la destacada beca Fulbright.
¿Qué tiene de especial a Antonia Ferrín?
Antonia Ferrín nació en Ourense y, como María Wonenburger, se licenció en Matemáticas en la Universidad Central de Madrid. (Inciso científico porque ayer, 14 de marzo, fue el Día Internacional de las Matemáticas y también el Día Pi, que es el número que nos permite conocer la relación entre la longitud de una circunferencia y su radio, L=2r, y pi es igual a 3,14, es decir al 14 de marzo en anotación inglesa). Volviendo a Antonia Ferrín, no solo estudió matemáticas, antes, en la Universidade de Santiago de Compostela, ya había terminado Química, Farmacia y había conseguido el título de Maestra Nacional. Aunque finalmente su tesis la hizo sobre Astronomía, de hecho fue la primera mujer en España en defender una tesis en astronomía, que le dirigió otro astrónomo gallego, Ramón María Aller, director y fundador del Observatorio Astronómico de la USC.
La vida de Antonia Ferrín es realmente destacable, tres carreras, astrónoma, investigadora, científica, profesora... Sus principales contribuciones en el campo de la astronomía, que sobre todo llevó a cabo mientras trabajaba en el Observatorio de Santiago, consisten en investigaciones sobre ocultaciones estelares de la Luna, medidas de estrellas dobles y determinación de pasos por dos verticales, que es una forma de determinar la latitud. De su época de observaciones nocturnas astronómica, Ferrín recordaba el frío que pasaba mientras investigaba, debido a que nunca llevaba pantalones, puesto que era una prenda que, en sus propias palabras: «no se consideraba femenina y que solamente las actrices de cine más atrevidas osaban lucir en la gran pantalla».
Desde luego Ferrín es una gran inspiración para cualquiera, porque además de entre toda su actividad, que estamos contando, también tuvo tiempo para impulsar la creación de la Licenciatura de Matemáticas en la USC, lo que se consiguió en 1957, convirtiéndose ella en la primera mujer profesora de esa facultad. Probablemente fue por esto que en 2008 la nombraron madrina del cincuenta aniversario de la Facultad de Matemáticas de la USC, justo un año antes de morir en 2009, con 95 años.
¿Cómo fue la infancia de Antonia Ferrín?
Antonia Ferrín Moreiras nació en Ourense el 13 de mayo de 1914, en una familia con pocos recursos, aunque, como su padre era profesor de Matemáticas, quería que sus cuatro hijas llegasen a tener estudios superiores, por lo que se trasladaron pronto a Santiago de Compostela, cuando Antonia tenía seis años, para estar cerca de la universidad. Con siete empezó a ir al colegio y con solo nueve años estaba preparada para entrar en el instituto, donde cursó el bachillerato de ciencias. De ahí ya saltó a la universidad donde la primera carrera que se superó, como contábamos, fue Química.
No hay duda de que Antonia Ferrín se merece una calle y mucho más después de todo lo que hemos descubierto hoy de ella. Estaremos atentos a ver dónde estará ubicada finalmente su calle. Y a ver si pronto podemos contar con otra científica en el callejero coruñés.




