Feijóo y su demagogia al más puro estilo del PP de antes

Hola, muy buenos días, por si le faltaba algo a la vida angustiosa que llevamos desde hace dos años, añadimos desde ayer un paisaje apocalíptico en buena parte de España. Aquellos que vivan en el litoral alicantino, murciano o almeriense ya saben de lo que les hablo. Una calima, un polvo sahariano en suspensión, que ha dotado a algunas de estas zonas de un paisaje rojizo como nunca se había visto, como si hubiera fuego en el firmamento. La calima ha llegado hasta Madrid, donde esta noche ha llovido y, les advierto, si aparcan en la calle y todavía no han ido a buscar el coche, prepárense para lo peor.

Era lo que nos faltaba, dirían muchos ayer, aunque se trate de un simple fenómeno meteorológico, molesto, desagradable y malo para los que padecen algún tipo de enfermedad espiratoria. Un paisaje apocalíptico es lo que menos necesitamos ahora mismo, cuando estamos rodeados de anunciantes apocalípticos por todas partes. Que si los supermercados se quedan sin suministros, cosa que es absolutamente falsa, que si hay que aprovisionarse porque lo que viene será todavía peor, horas de televisión frente a las únicas estanterías vacías que habrán encontrado después de mucho buscar. Hoy les daremos los datos que demuestran que no hay desabastecimiento, que puede haber problemas puntuales con algún producto, que hay alza de algunos precios, qué les voy a contar, pero desabastecimiento no hay.

Y entre los anunciantes del apocalipsis tampoco faltan algunos políticos. Tras la escenificación del consenso, en La Palma, para hacer frente a los efectos de la invasión rusa a Ucrania, el cierre de filas con el Gobierno para paliar los efectos de la guerra, sobre todo en materia energética y en materia de precios de esta energía, ya salió ayer el futuro nuevo líder del PP con una de esas frases que hacen mucho daño a la política y que es, sencillamente falsa. Dijo ayer Alberto Núñez Feijóo que el Gobierno, el de Sánchez, se entiende, se está forrando con los impuestos de la luz y la gasolina. Una afirmación que requiere un buen puñado de matizaciones. De enriquecerse alguien, no sería el Gobierno, sino el Estado, y con el Estado las comunidades autónomas como la que Feijóo preside. Y lo que Feijóo considera enriquecerse, insisto su comunidad se beneficia de ello, es en realidad el dinero con lo que se pagan los servicios públicos y el estado del bienestar, porque de esto van los impuestos. El resto es demagogia, al más puro estilo PP de antes, bueno PP de hace tan solo un rato.