Sociedad

La D.O. Bierzo evalúa la puesta en marcha de un sistema de sostenibilidad para reducir la huella de carbono de la producción berciana

De momento, sólo se ha esbozado la idea que pretende ser una realidad a medio y largo plazo

Presidente de la D.O. Bierzo, Adelino Pérez / RB

Ponferrada

La Denominación de Origen Bierzo estudiará la implantación de un sistema de sostenibilidad para reducir la huella de carbono en la producción vitivinícola de la comarca.

Actualmente, hay tres denominaciones que ya han puesto en marcha este tipo de sistema en España y, de hecho, es una recomendación de la asamblea de Consejos Reguladores de España que este pasado fin de semana congregó a una treintena en Zaragoza. A partir de este momento, las diferentes comisiones de trabajo de la entidad berciana evaluarán el método a seguir, reconoce el presidente de la D.O. Bierzo, Adelino Pérez, para poner en marcha esta iniciativa que sigue, además, la tendencia de las exigencias del mercado y del nuevo modelo de producción. 'Hasta ahora los procesos que hemos realizado se han encaminado a la certificación ahora será necesario evaluar, dotar de presupuesto y plantear la implantación de este sistema para que sea una realidad a medio y largo plazo' explica Pérez.

La idea ya se ha llevado al pleno de la entidad celebrado ayer donde también se analizó la situación provocada por la guerra en Ucrania. Las denominaciones de origen españolas estiman en 40 millones de euros lo que el sector dejará de vender en Rusia que el año pasado adquirió más de 28 millones de botellas procedentes de España. En el caso del Bierzo, la D.O. logró vender 100.000 botellas. El otro punto de interés tiene que ver con el etiquetado de esas botellas.

De momento, los consejos reguladores españoles han logrado evitar que la Unión Europea obligue a etiquetar el vino con advertencias similares a las del tabaco, una postura defendida desde algunos países por el contenido de alcohol de la bebida. Sin embargo, sí será necesario incorporar los datos alimentarios de cada vino como las calorías y otro tipo de referencias que sí que aportan en sus etiquetas el resto de productos alimentarios y de los que, hasta ahora, el vino estaba exento. Entre las posibilidades que podrían analizarse sería, por ejemplo, la aplicación de un código QR en el etiquetado o algo similar si bien la fórmula de cómo se afrontará este etiquetado y cuando será obligatorio para el vino está pendiente de análisis por la UE.