Feijóo quiere volver a Madrid en busca de la libertad

Cosas que pasan mientras la guerra sigue. Cosas que pasan mientras Rusia mantiene el asedio sobre Ucrania, mientras suenan las sirenas antiaéreas en las principales de ese país, mientras ya son tres millones las personas que han salido huyendo, mientras siguen muriendo civiles, mientras tres primeros ministros de la Unión Europea, en un gesto cargado de simbolismo, se plantan en Kiev para apoyar a Zelenski. Mientras todo esto pasa, pasan otras cosas que merecen nuestra atención.

Entre ellas, y vinculadas con la guerra, la idea del gobierno de Pedro Sánchez de alcanzar un gran Pacto de Estado para hacer frente a las consecuencias de la guerra. Pacto que, evidentemente, debería implicar al Partido Popular. Será esta la primera gran prueba para Alberto Núñez Feijóo, que deberá decidir si se mantiene en el 'no a todo' de Pablo Casado, o si con él se puede contar en las grandes cuestiones de país. Feijóo, que por cierto, anda alabando la libertad de Madrid, el eslogan en el que ha basado su presidencia Isabel Díaz Ayuso, le gusta tanto esa libertad que dice que por eso quiere volver a vivir en la capital. Se le olvidó ayer a Feijóo durante un ratito que sigue siendo presidente de Galicia.

Y relacionado con la guerra también la postura de Unidas Podemos sobre el aumento del gasto militar que plantea Pedro Sánchez. Esta vez a la divergencia se suma la vicepresidenta Yolanda Díaz. Es una de las contradicciones con las que debe convivir este gobierno de coalición. A estas alturas no debería sorprender a nadie la posición de Unidas Podemos en esta materia, lo sorprendente sería lo contrario, y el ala socialista del gobierno lo sabe.

Y todavía, y con la guerra en Ucrania de fondo, el cisma abierto entre los socios del gobierno catalán, Esquerra Republicana y Junts per Catalunya. Ayer le preguntaron a Rufián en el Congreso por los vínculos entre el independentismo y Rusia, y Rufián, esta vez, no se mordió la lengua. Cargó contra sus socios de Junts per Catalunya calificándolos de señoritos pensando que eran James Bond. No es habitual esta contundencia republicana ante algunas actuaciones de los ex convergentes. Lo que uno se pregunta es por qué esta vez sí.