Gioconda Belli: "Luchar es arriesgarte y siempre he creído que uno se tiene que arriesgar en la vida"

Madrid

"Soy libre, aunque no tenga nada", escribió desde el exilio la poeta y escritora nicaragüense Gioconda Belli en su poema 'No tengo dónde vivir'. Porque en el fondo el exilio es eso: la exaltación de la libertad, de poder hacer todo, menos volver a tu propio país.

La historia de Nicaragua es la de un país que fue liberado de la tiranía de un terrible dictador, Anastasio Somoza, por una revolución, la sandinista, que ha acabado medio siglo después en manos de otro tirano, Daniel Ortega. Desde que en 2018 se levantara una revuelta popular contra la deriva que estaba tomando el gobierno nicaragüense, Ortega ha impuesto un régimen demoledor con mano de hierro, represión y persecuciones.

Y Gioconda Belli, que fue una guerrillera sandinista en los años 70, que se dejó la piel por liberar a su país de una dictadura, que tuvo que exiliarse por esa lucha, se ha convertido ahora, otra vez, en una de las voces más críticas con el autoritarismo de Daniel Ortega. Hasta el punto de que la escritora, otra vez, no puede volver a su país.

"Si volviera a Nicaragua, iría directa a la cárcel, por eso no regreso", dice la escritora en Hora 25, que cuenta que su hermano fue condenado y tuvo que salir escondido del país. "Las personas que han hablado mucho menos que yo están presas". Belli relata el sufrimiento de los opositores que se encuentran en prisión: "Los presos parecen esqueletos, es una crueldad inaudita. Están fuertes en sus convicciones. He convertido mi misión en hablar de los presos políticos porque eso sí que creo que se puede hacer presión muy grande para que los suelten", afirma la escritora exiliada.

"Han asesinado el sandinismo"

Una de las cosas que más le duele a Belli es que la represión se esté haciendo en nombre de la revolución sandinista en la que ella participó hace décadas. "La nueva generación habla del sandinismo como nosotros hablábamos, del somozismo, lo cual es muy triste". Dice Belli que Ortega "fue violando todos los principios revolucionarios".

"Han asesinado al sandinismo y ese es el crimen más grave porque el sandinismo costó miles de personas que murieron. Vi morir a tantos compañeros valiosos que pensar que esa herencia la echaron a perder echando a perder el sandinismo como lo han hecho para que estas jóvenes generaciones odien el sandinismo es terrible", lamenta la poetisa.

Cuando Belli denuncia lo que ocurre en su país no señala exclusivamente a Daniel Ortega. También apunta a Rosario Murillo, su esposa y la vicepresidenta del país. "Es la ejecutora y la que planea todas estas cosas porque es una mujer muy vengativa, muy ambiciosa, muy mesiánica y ha adquirido un poder muy grande al lado de Daniel Ortega. Él está bastante aislado", afirma.

¿Cómo mantiene el poder Ortega? ¿Es sólo cuestión de fuerza? "Su apoyo popular se ha ido socavando y él lo que tiene ahora es el poder de las armas, Managua está totalmente militarizada. Se han violentado todas las normas de convivencia legal. La policía puede hacer cualquier cosa".

¿Está sobre la mesa la lucha armada?

La revolución sandinista se alzó contra la dictadura de Somoza con el uso de las armas. Después la contra se alzó también con las armas contra el gobierno progresista. ¿Y ahora? ¿Hay posibilidades de que esto acabe de nuevo con las armas? "Está la tentación de responder con la lucha armada, pero también existe la noción de que no debemos hacerlo porque la gente se pregunta: ¿a dónde nos llevó la lucha armada? Pero lo mismo nos pasó con Somoza: llegó un momento que el cierre de alternativas era tan fuerte que la gente tuvo que recurrir a las armas", sostiene la escritora nicaragüense.

¿El exilio es una condena? "Cuando eres una persona que ha luchado en tu vida te das cuenta de que luchar es arriesgarte. Y siempre he creído que uno se tiene que arriesgar en la vida, yo no quiero vivir con miedo y quiero vivir de acuerdo a lo que pienso. Si yo me hubiera quedado en Nicaragua no hubiese podido decir nada", responde Belli.