Ciudad Real

Durante toda la historia ha habido personas que se han movido de un sitio a otro, eran los viajeros, "solo hace falta recordar a Ulises", apunta el historiador Isidro Sánchez. "En el siglo XIX por el desarrollo del ferrocarril va a haber un tránsito que en Castilla-La Mancha y en Ciudad Real se confirmó en el siglo XX pasando del viajero al turista y es cosa diferente porque mientras que el viajero se mueve con más reposo, el turista es aquel que puede ver París en dos días y eso es como no ver nada", ha explicado el colaborador honorífico del Centro de Estudios de Castilla-La Mancha, en 'Postales Manchegas'.

Y con el turismo están muy relacionados los fotógrafos, "como Jesús Crespo que trabajó en Manzanares a finales del siglo XIX o Juan Uclés (1890-1943) que hizo trabajos también en Valdepeñas. Posterior a ellos fue Francisco Torres Lafont, fotógrafo que hizo los trabajos para la valla publicitaria que ha protagonizado esta semana el espacio de Hoy por Hoy Ciudad Real. Torres Lafont, fue además corresponsal de TVE, entre 1962 y 1988. Ejerció como fotógrafo, cámara y redactor. Murió en 2011 y recibió varios homenajes por parte, entre otros de Lazarillo. Sus hijos, sobre todo, David continúa con su estudio".

"En Manzanares también destacaron los Azuara, posiblemente padre e hijo", según añade Esther Almarcha, directora del Centro de Estudios de la UCLM que recuerda que a principios del siglo XX "dejaron fotografías impactantes de la población y de sus ciudadanos".

Torres Lafont, documentó la población de Manzanares y el entorno. Estaba muy vinculado a las Lagunas de Ruidera y esto determinó que en la valla publicitaria que en los años 60 había a la entrada de la localidad remitiera a este entorno natural que estaba poniéndose en valor. "Había personas en Manzanares que habían hecho un enclave turístico en Las Lagunas que estaban muy imbricados en la estructura del Estado y posiblemente la valla tenía muchas intencionalidades más allá, porque incluso aparecía la posibilidad de cazar y pescar, cuando la caza no era libre, aunque la pesca sí".

La imagen icónica de los toros de Osborne

La valla reflejaba muy bien lo que era el paisaje de las lagunas. Aparecía un árbol, montañas y agua. "Era un reclamo con ciertas remembranzas literarias. Unos años antes se había puesto en el punto del mira la ruta del Quijote y se estaban recuperando los Molinos de Criptana". Esta publicidad formó parte de nuestro paisaje hasta 1988 cuando se prohibió en las carreteras generales españolas y se quitaron, sobre todo, las vallas que tenían rótulos porque consideraron que era una distracción para el conductor. Aún así, quedaron restos de estas vallas como los toros de Osborne que por la ley del 88 tenían que haber desaparecido, pero al ser reconocidos por los turistas que circulaban tanto por carretera como por tren, les quitaron la publicidad y dejaron la silueta.

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Curiosamente en el año 94 hubo un proceso para indultarlos y se promovió una petición de declaración que llegó a salir adelante, aunque finalmente acabó por quitarse por defecto de forma. Hoy en día quedan algunos declarados en Andalucía y en Castilla-La Mancha hay 13.