Los guardias civiles de la operación Torrente
La chapucera actuación de un mínimo de cuatro guardias civiles se llevó a cabo siempre presuntamente al margen del Cuerpo
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"La línea roja" de Matías Vallés (18/03/22)
La operación Torrente llevada a cabo por miembros de la Guardia Civil en Mallorca no redundará precisamente en el prestigio del cuerpo.En primer lugar, el presunto espionaje de la amante de un expresidente panameño en la isla se ha llevado a cabo mediante procedimientos que avergonzarían a Mortadelo y Filemón.
La Guardia Civil tiene un serio problema de formación técnica de sus agentes, a juzgar por los métodos que desarrollan para perseguir apersonas contra quienes no existe ninguna sospecha de ilegalidad.
En segundo y más importante lugar, la chapucera actuación de un mínimo de cuatro guardias civiles se llevó a cabo siempre presuntamente al margen del Cuerpo, pero valiéndose del escudo armado que supone su condición policial.
De hecho, la declaración de los cuatro detenidos frente a un ciudad normal goza de una “presunción de veracidad” que suena a broma a la vista de la operación Torrente.
Por tanto, no basta con detener a los cuatro presuntos autores como ha hecho la Guardia Civil. Una manzana podrida es difícil de localizar, cuatro manzanas podridas debieron ser interceptadas antes de que contaminaran con sus acciones a toda la institución. Los ciudadanos de Balears tienen derecho a sentirse hoy un poco más inseguros.
Y pagando.




