El timo de la guerra

Madrid

Es una realidad difícil de creer en pleno siglo XXI, pero reconocidos expertos en Historia y Prehistoria afirman que en un pasado muy lejano los seres humanos resolvían sus conflictos mediante un método al que llamaban “guerra”. En esta práctica ancestral, dos bandos claramente diferenciados entre los buenos y los malos libraban las conocidas “batallas”: peleas muy tochas, con pistolas y bombas, que podían durar tantos años como fueran necesarios hasta que los buenos obtuvieran una victoria.

La primera guerra registrada por los historiadores tuvo lugar hace 66 millones de años, y fue la más breve que se conoce. En ella, el Universo decidió atacar a los dinosaurios de la Tierra mediante la utilización de un enorme proyectil rocoso. Los dinosaurios, que no habían invertido en armamento por culpa del buenismo, sucumbieron al instante, tal y como se refleja en diversos documentos de la época.

Ganar la guerra permitió al Universo expandirse sin resistencia alguna, algo que continúa haciendo, y generó la falsa idea de que las guerras son útiles y necesarias. Por ello, unos seres humanos con dotes intelectuales claramente inferiores a las actuales estuvieron más de 230.000 millones de años empleando esta práctica salvaje e inhumana para resolver sus conflictos.

Una canción que cambió el rumbo de la historia

No es hasta en pleno siglo XX que la humanidad empieza a darse cuenta de que hay cosas que no pueden seguir sucediendo en pleno siglo XX. La causa de esta epifanía, lo que realmente provocó que el hombre empezara a darse cuenta de que la guerra no tenía sentido, fue una canción de John Lennon de 1971. La letra de la canción, con versos como “imagina a toda la gente viviendo la vida en paz” o “imagina a toda la gente compartiendo el mundo entero”, fue un auténtico revulsivo que cambió radicalmente la mentalidad de occidente.

Hoy, la humanidad que vive en el siglo XXI puede llamarse afortunada por no experimentar los horrores del pasado. A estas alturas solo hay guerra en lugares remotos, donde vive gente extranjera que habla otros idiomas y que, por esta razón, nunca llegaron a escuchar Imagine, de John Lennon, o sí lo escucharon pero no lo entendieron porque el inglés se enseña mal.