El futuro sin apocalipsis de Isaac Rosa

Madrid

La novela narra un día en la vida de tres hombres de una misma familia: el abuelo, el padre y el hijo. Todos se llaman igual: Segismundo García. El abuelo, antiguo empresario, que mantuvo negocios turbios y terminó en la cárcel, padece Alzheimer y está perdido en las calles de la ciudad en la que vive. El padre es un emprendedor que se ha embarcado en la aventura de vender búnkeres, los "lugares seguros" que dan título a la obra. Busca al abuelo con la ayuda de la chica a la que contrató para cuidarle. A la búsqueda se une Segismundo nieto, que, para no faltar a la tradición familiar, recurre a la picaresca para ganarse la vida: trapichea con apuestas deportivas con sus compañeros de colegio.

"Lugar seguro" transcurre en un futuro más o menos próximo. Ha habido una serie de crisis pero, mal que bien, se han superado todas. Varios movimientos sociales conviven en ese mundo: los ecomunales (o botijeros, como los llama Segismundo padre), evolución de los ecologistas, que buscan volver a los orígenes; o los prepas, defensores del individualismo y del "sálvese quien pueda".

Rosa intenta evitar la moda de las distopías en la literatura contemporánea. "Lugar seguro" no es precisamente una utopía, pero plantea un porvenir posible en el que la destrucción y el horror no son los grandes protagonistas. Hay una negación sistémica de la meritocracia: es casi imposible ascender socialmente. Se habla mucho también de los cuidados, ese mundo del futuro va a ser un mundo en el deberemos tener muy en cuenta los cuidados a las personas más vulnerables, sobre todo a los mayores.