Lástima que la poesía se permita el olvido

Madrid

Buenos días, querida Àngels. No te rías de mí, es verdad lo que te voy a contar, el domingo no pude ver el partido entre el Madrid y el Barça. Yo, claro está, no quería perdérmelo, pero resulta que a la misma hora, por la segunda cadena, Televisión Española tuvo la idea de programar una película documental sobre mi poesía titulada “Aunque tú no lo sepas”. No me lo invento, ya sabes que no, puede comprobarse en la prensa y en las redes.

Vi la película en vez del partido. Y conste que no fue por vanidad, de verdad que no. Juan Ramón Jiménez un poeta poco vanidoso se llamaba a sí mismo “el cansado de su nombre”. Yo también tengo achaques en mi autoestima, un poco de fatiga. Pero los directores, Charlie y Alberto, son amigos generosos, y amigos generosos son los participantes que se ofrecieron a decir palabras envueltas en papel de regalo.

Por cierto, ¿cómo quedó el partido? El realismo no es una exigencia completa en la poesía, la imaginación cumple su papel, puede incluso transformar la verdad de los hechos. El fútbol, como decía Galeano, es la cosa más importante de las cosas que no tienen importancia. En fin…, creo que el Madrid ganó por cinco a cero. Lo dice el endecasílabo final: “Ganó el Real Madrid por cinco a cero”.

Lástima que la poesía se permita el olvido sólo en las cosas sin importancia. Lástima que nunca se atreva a cerrar los ojos ante las invasiones, los bombardeos, las muertes, los tiranos, las humillaciones, los olvidos y los intereses de Estado que huelen a intereses de establo. Lástima no poder escribir sin mala conciencia endecasílabos como: “los buenos al final ganan lo guerra”, “la dignidad impone su relato”, “las víctimas imponen su razón”, “este mundo sin duda está bien hecho”. Y nada más por hoy, mejor me callo.