Putin, los vikingos y Ucrania
La bioarqueóloga Cat Jarman, experta en el mundo vikingo, acaba de publicar ‘Los reyes del río’ donde explica la importancia de la expansión oriental de este pueblo y cómo el presidente ruso usa el pasado para justificar la invasión ucraniana
Fuenlabrada
Cat Jarman es una bioarqueóloga noruega que ha desarrollado su trabajo siguiendo las huellas de los vikingos en Ucrania o Gran Bretaña. En este último país lleva años investigando el yacimiento de Repton, hoy en día un pintoresco pueblecito de 2.700 habitantes en medio de Inglaterra, pero que en la Alta Edad Media albergó el panteón de los reyes de Mercia lo que atrajo la atención del llamado Gran Ejército Pagano, una numerosa tropa vikinga que arrasó la zona sobre el 875 d.C. y que se asentó allí por un año. En el yacimiento se han descubierto 250 tumbas, alguna de ellas especialmente interesantes como la del guerrero G511, muerto cruelmente en batalla y enterrado junto a su hijo.
Pero entre las espadas o martillos de Thor también se encontró una pequeña piedra semipreciosa de tono anaranjado, una simple cuenta de un collar fabricado en cornalina que terminó entre el barro de Inglaterra tras ser tallada... a 6.900 kilómetros en Guyarat (India).
Cómo y por qué llegó esa pequeña cuenta hasta Repton es lo que se pregunta, y responde, Jarman, en ‘Los Reyes del río’ (Ed. Ático de los libros).
Hablamos con la bioarqueóloga Cat Jarman sobre la expansión de los vikingos
“Aunque es un objeto tan pequeño que puede parecer sin importancia, esa cuenta nos traslada del extremo oriental al occidental del mundo vikingo”, explica Jarman a SER Madrid Sur, “nos habla sobre el hecho de que era posible que estos objetos viajaran desde la India hasta Inglaterra en el siglo IX. Y esto nos revela que había redes que lo permitían, que había gente que quería hacerlo, que había oferta y demanda”.
Ahí está directamente una de las claves de los vikingos, comerciantes antes que saqueadores. “Había extensas redes comerciales, como la ruta de la seda, y los vikingos se sirven de ellas”, señala.
La expansión escandinava desde el Báltico hasta el Mar Negro es aquí otra de las claves con la instalación de pequeños puertos comerciales o aglomeraciones más grandes, caso de Kiev, todos formando parte de un entramado comercial.
“Cuanto más al Este vamos, más nos damos cuenta de que las vías fluviales eran cruciales y que, de hecho, podían llevarte desde el Báltico hasta el Mar Negro y desde allí a Constantinopla, el Mar Caspio o más allá de Bagdad”, añade.
Pero no es lo único que nos desvela ese yacimiento de Derbyshire junto al río Trent, otra de las curiosidades que el origen diverso de los componentes del Gran Ejército. “Las nuevas tecnologías y ciencias aplicadas a la arqueología nos han enseñado que provenían de un espectro muy variado de lugares, no solo de Dinamarca. Algunas de esas gentes llegaron desde el área mediterránea, quien sabe si incluso de España”, señala. Las investigaciones de los arqueólogos han contado con la ayuda de las nuevas tecnologías que han permitido datar correctamente los restos humanos gracias al radiocarbono, teniendo en cuenta la variable de que el consumo habitual de pescado, como era su caso, cambia los depósitos que permanecen en los huesos.
Pero quedan muchas preguntas, por ejemplo, qué pasó después con ese ejército. “Ese es uno de los puntos que me interesan y mi siguiente libro está centrado en ello: el impacto que tuvieron los escandinavos en Inglaterra y su formación como país. Directamente porque llegaron, saquearon, se instalaron e incluso gobernaron, como el rey Canuto, pero también indirectamente, por ejemplo por cómo reyes, como Alfredo el Grande, usaron los ataques vikingos para justificar su toma de control sobre el reino, utilizando este enemigo para legitimarse”, anuncia.
Putin y los vikingos
La importancia del Báltico en la conexión comercial Oriente-Occidente nos permite hoy igualmente conectar el pasado con la actualidad y la Guerra de Ucrania.
Más allá de acusaciones de “nazificación” de la amenaza por su inclusión en la OTAN, lo claro es que Vladimir Putin lleva años buscando legitimación para invadir Ucrania y también ha explorado la Historia. Y se atrevió con un ensayo (Sobre el origen común de rusos y ucranianos, 2021) en el que retuerce el pasado para buscar justificaciones.
“Putin elige de la historia solo lo que le interesa"
— Cat Jarman, autora de 'Los reyes del río'
“Hay algunas verdades en el texto, porque esos ‘rus’ eran un grupo que se estableció en el siglo IX, con lazos con Escandinavia, pero también comete muchos errores y pervierte esa historia por ejemplo haciendo que creer que era un único gran grupo, un gran estado, pero no era así. Eran diferentes grupos y por supuesto no eran conscientes de que pertenecían a lo que después sería Rusia”, le matiza Jarman que también recuerda que su principal fuente genera controversia en los expertos. “Se basa en la llamada ‘Primera crónica eslava’, tomándola literalmente, pero todos los historiadores coinciden en que es una invención posterior”.
“Putin elige solo lo que le interesa, así que, aunque sabemos que hay lazos comunes, usarlo en la manera en la que lo hace es muy arriesgado: está cerca de la verdad, pero no es la verdad y ese es el peligro”, concluye.
Detectores de metales, ¿sí o no?
Durante sus investigaciones Jarman se ha valido de la labor de ‘detectoristas’ de metales, un aspecto sumamente controvertido en España donde muchos historiadores reniegan de estos aficionados a los que se refieren despectivamente como ‘piteros’.
“La detección de metales, si se hace de una manera controlada y sus hallazgos son registrados tal y como se hace en Inglaterra, tiene un gran impacto. Han recuperado y registrado más de un millón de objetos y esto ha revolucionado nuestro conocimiento sobre el Gran Ejército vikingo o las mujeres vikingas, por mencionar un par de campos”, apunta.
“Cuando se hace bien y controlado, los beneficios son enormes pero está el riesgo de malas prácticas o de vender lo encontrado en el mercado negro”, también advierte.
Jarman cree que, por ejemplo, su labor podría ayudar a conocer algo más sobre la presencia vikinga en la Península. A mediados del siglo IX, unas décadas antes del Gran Ejército Pagano, este territorio también sufrió varios ataques vikingos. Uno a la Sevilla andalusí (844) con el saqueo de la ciudad antes de su derrota y otro que terminó con la captura del rey García Íñiguez de Pamplona (859), en los dos casos con los ríos como protagonistas, el Guadalquivir en el primero, y, aunque parezca extraño, el Ebro en el segundo.
“Lo que ocurre con los vikingos en España es uno los grandes huecos en nuestro mapa y no sabemos realmente qué pasó, no hay muchas fuentes escritas, o por qué no tuvieron éxito sus ataques”, confiesa.
En ese punto intenta explica por qué los exitosos vikingos no triunfaron en la Península. “Supongo que sería porque la resistencia a los vikingos fue muy fuerte, en parte porque la situación en España era más compleja y ya se habían sufrido invasiones anteriores”, enuncia.