Las historias desconocidas de Cartagena: Semana del 21 al 27 de marzo

Cartagena

Muy buenas amigos. Como cada semana les invito a pasear y conocer nuestra Cartagena a través de sus pequeñas o no tan pequeñas historias, sus efemérides. Hoy veremos que pasaba en Cartagena en esos días de la semana del 21 al 27 de marzo. Vamos a ello.

El 23 de marzo de 1602, el Ayuntamiento niega la vecindad al natural de la Bretaña Julián Picot. Éste mueve sus influencias, por lo que se emite una Providencia Real que ordena a la ciudad que sea admitido como vecino al estar casado con una cartagenera, tener casa y descendencia, además de haber asistido siempre a los rebatos, cabalgadas y todo aquello que era beneficioso para Cartagena y el Rey. Pobre hombre, ¿Qué más quería el Ayuntamiento?

El 22 de marzo de 1720, es Domingo de Ramos y el Ayuntamiento de Cartagena no puede asistir a los actos al no tener dinero para pagar las palmas. Bueno, un drama.

El 21 de marzo de 1837, don Benito Amador Risueño es nombrado catedrático de Patología y Terapéutica General de la Universidad de Montpelier (Francia). Ya saben ustedes, aquel que dio nombre a la plaza de Risueño.

El 25 de marzo de 1853, es Viernes Santo. En aquellos años, la procesión del Entierro sale de la Iglesia de Santo Domingo. Para salvar el desnivel, los tronos se deslizan por unos raíles y, una vez en la calle, se le encienden los faroles de petróleo. Pero algo sale mal con el San Juan Marrajo y se prende fuego al trono de forma virulenta. Como consecuencia, la talla de Salzillo empieza a arder. Desesperadamente, unos hermanos de la Cofradía se suben al trono en llamas y consiguen arrancar la figura del apóstol, salvando la imagen, que sólo perdería una mano. Pues menos mal.

El 24 de marzo de 1964, tiene lugar la ofrenda de una corona a la Virgen de la Piedad. En 1963 se inició un gesto, que se llamó Operación Plata, cuya intención era acopiar este metal precioso para regalar a la Virgen de la Piedad una nueva corona. El acto de la Coronación tuvo lugar aquel 24 de marzo, en la plaza del Ayuntamiento. Posteriormente se llevó en procesión hasta el templo de la Caridad, donde se le impuso un corazón en cuyo interior fueron depositados los nombres de todos los fieles que habían aportado sus joyas para dicha corona. El corazón fue hecho por un orfebre murciano quien por error puso siete puñales, lo que dio lugar a que se cortase rápidamente uno de ellos, ya que la Piedad tan sólo lleva seis. El número de siete es exclusivo de la Virgen de la Caridad. Si el orfebre hubiese sido cartagenero, con toda probabilidad, no se habría producido este desdichado incidente. Bueno, afortunadamente la cosa no pasó de aquella anécdota.

El 21 de marzo de 1994, la Corporación municipal, reunida en pleno, toma el acuerdo de proclamar a la Virgen de la Caridad Alcaldesa Perpetua de Cartagena.

Y, el 27 de marzo de 1996, la Junta de Gobierno de la Universidad de Murcia acuerda elevar el rango docente de las distintas escuelas universitarias de Ingeniería existentes en Cartagena. No cabe duda de que esto fue el pistoletazo de salida para la creación de nuestra flamante Universidad Politécnica de Cartagena.

Y, en las Historias desconocidas de la Historia conocida de esta semana, hoy les voy a hablar de una gran mujer, aprovechando que, hace dos semanas fue el Día Internacional de la Mujer y que, dentro de tres días, el 26 de marzo se cumplen 29 años de su fallecimiento. Les estoy hablando de María Cegarra Salcedo.

María Cegarra nació en La Unión el 28 de noviembre de 1899. Poeta, primera mujer Química de España, profesora y editora.

En un mundo de minas y mineros, María estudió química, animada por su hermano, quien pensó que debía proporcionarse un modo de vida, y qué mejor futuro en esa tierra que dedicarse al análisis de los minerales.

Esta faceta de María despertó la atención de muchos, en una época en la que la mujer generalmente no estudiaba, tan sólo se dedicaba a las tareas del hogar.

María luchaba junto a Andrés, su hermano para que la enfermedad que le dejó postrado a una silla de ruedas durante catorce años no le mermara nunca la sonrisa, pues desde su adolescencia más temprana, comenzó a sufrir una anquilosis degenerativa. Tras su fallecimiento, María Cegarra recogió su testigo literario.

A esta actividad habría que sumar su labor como perito químico, ya que ella fue la primera mujer española en ostentar ese título.

Gracias a las tertulias literarias que mantuvo Andrés Cegarra Salcedo en su casa, María disfrutó de la amistad de algunos de los intelectuales más destacados de su entorno. Entre estos, fueron Carmen Conde y su marido, Antonio Oliver. De la mano del matrimonio cartagenero de poetas, disfrutó de la eclosión cultural que supuso la llegada de la II República en Cartagena. Sobre todo, de las actividades llevadas a cabo por la Universidad Popular que Conde y Oliver fundaron. En estos años comenzó, en colaboración con Carmen Conde, la obra dramática, Mineros, que permaneció inédita hasta 2018. Algunas personalidades importantes conocidas a través de la amistad con Conde y Oliver fueron el poeta Miguel Hernández y Ramón Sijé.

Tras la Guerra Civil, obtuvo en 1947 el título de licenciada en Ciencias Químicas, lo que le hizo disfrutar de otra de sus pasiones, la enseñanza. María Cegarra ejerció la docencia durante cuarenta años en distintos centros de enseñanza de Cartagena, y de forma muy importante, en la Escuela de Ingeniería Técnica Industrial.

A María le gustaba mucho vivir en La Unión. Se llegó a decir que, en la Unión no se conocía Jueves Santo sin María acompañando al Cristo de los Mineros, ni noche del Festival del Cante de las Minas sin ella, evento que también promocionó y del que le gustaba participar íntegramente cada año.

A partir de 1979 María instituye y costea el Premio Andrés Cegarra Salcedo. El propósito fue estimular la creación de nuevas letras de 'cartageneras y mineras' con destino al Festival del Cante de las Minas.

Su participación en la vida de La Unión fue tanto, que llegó a desempeñar el cargo de concejal, siendo la primera mujer concejal de la Unión y a ser un activo miembro en la formación del Festival Internacional del Cante de las Minas.

Sus últimos años estuvieron repletos de reconocimientos como el Premio Rosa de Plata, En la Unión hay un I.E.S. con su nombre. Asimismo, fue nombrada Hija predilecta de la Unión y, el pasado 11 de febrero, en la celebración del Día Internacional de la Mujer Científica, el Ayuntamiento de Cartagena le dedicó una plaza poniéndole su nombre.

María Cegarra Salcedo fue una mujer polifacética y muy adelantada a su tiempo, que siempre será recordada y puesta como ejemplo de generaciones futuras.

Buenas tardes amigos. Espero que les haya gustado y, nos vemos la semana que viene. Mientras tanto, les digo lo de siempre, cuídense y sigan las recomendaciones de las autoridades sanitarias porque, como muy bien saben ustedes, el bicho no se ha ido, el bicho sigue ahí.