"En la cocina" con Edorta Lamo
Hablamos con el cocinero del Arrea!, que acaba de ganar su segundo sol de la guía Repsol, sobre trayectoria, sus recuerdos y aficiones.

Edorta Lamo: "El Arrea me salvo de ser un naufrago
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Vitoria
Él quería ser actor o estudiar Bellas Artes pero "había que estudiar mucho", así que Edorta Lamo, empujado por sus aitas, Puy y Pablo, terminó decantándose por estudiar cocina. Lo cierto es que le pone mucha creatividad a los proyectos que emprende y ese trabajo ha sido reconocido con un segundo sol de la guía Repsol para su restaurante Arrea!, ubicado en Santa Cruz de Campezo. "Lo agradezco mucho porque ha habido un tiempo en el que sólo recibíamos malas noticias", nos cuenta.
Entre esas malas noticias está el cierre del A fuego negro, el bar que montó en Donosti junto a su hermana. Pusieron en marcha el negocio al que a ellos les hubiera gustado ir: "buena música, televisión fuera, jamones colgando fuera...", nos cuenta bromeando. De aquella época guarda bonitos recuerdos. Entonces no solo era Edorta Lamo, también era 'Dj puchero sonidero', ya que después de cerrar el bar, se iba a pinchar música a varios garitos de Donosti.
Mendialdea
Para entonces Edorta Lamo ya había decidió abrir su nuevo negocio en la Montaña Alavesa. 'El Arrea me salvó de ser un náufrago', nos cuenta. "Ahora me siento muy pueblerino, en el buen sentido", señala. Lo cierto es que Lamo siempre se ha sentido parte de la zona. Fueron su abuela Encarna y su abuelo León los que montaron el Bar la Cepa en Campezo, que luego capitanearía su tía Mari Carmen, y sus primeros recuerdos de olores y sabores arraigan allí. 'A nosotros nos tocaba ir a por la leche a la casa de la Albina, la hervían en la chapa y con la nata nos hacían una especia de tostada con pan y con azúcar que mi abuela me obligaba a comer", recuerda.
Ahora son sus hijos los que disfrutan de esos olores y sabores de un pueblo que, nos cuenta Lamo, le está "sentando de maravilla". "Estoy muy encaminado en ese camino hacia la felicidad", señala y agradece a su pareja, Leire, no solo los hijos que tienen en común, sino que hayan impulsado juntos el proyecto.
Le preguntamos por quién brindaría. "Brindo por mi aita que me lo ha dado todo y he aprendido mucho de él y que hace un año que estoy sin él". Y en ese brindis incluye también a sus abuelos, a los que no están ya presentes. Pues eso, un chin-chin por ellos.




