Sahara, el giro español y las incógnitas de futuro
Fue una provincia más de España y lleva décadas pendiente del referéndum de autodeterminación prometido por Naciones Unidas, pero según el gobierno de España, la autonomía propuesta por Marruecos parece ser su alternativa de futuro más “seria, realista y creíble” para el Sáhara Occidental. Un giro a 40 años de posicionamiento respecto a la antigua colonia que abre muchos interrogantes sobre el futuro del territorio, pero también sobre el respeto al Derecho Internacional y las consecuencias en las relaciones bilaterales con el resto del Magreb
Reportaje EP 13 | Sahara, el giro español y las incógnitas de futuro
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Madrid
“La decisión sólo se entiende como el precio que ha tenido que pagar España para restablecer sus relaciones bilaterales con Marruecos”, reflexiona Abdula Arabi, Delegado del Frente Polisario para España, “y no estamos en contra, entendemos que los dos países están obligados a entenderse. Pero aunque un país puede pronunciarse a favor o en contra de una solución, eso no cambia para nada la situación política y jurídica del Sáhara Occidental”.
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Esa situación pasa por el marco del Derecho Internacional y las Naciones Unidas, donde la cuestión del Sáhara se sigue tratando como la de un territorio pendiente de descolonización. “No va a cambiar absolutamente nada salvo que España ya no va a poder jugar ningún papel constructivo en la búsqueda de una solución pacífica, justa y duradera”, advierte Sidi Mohamed Omar, que es la voz del pueblo saharaui ante la ONU. “Además esta posición va a animar a Marruecos, que no tendrá ningún incentivo para implicarse en el proceso de paz y complicará aún más la tarea del enviado especial del Secretario General, Steffan de Mistura”, añade quien es también el coordinador con la MINURSO y doctor en resolución de conflictos.
Desde el punto de vista jurídico España, al seguir siendo reconocida como la potencia administradora, está obligada a proteger a la población saharaui e impulsar el derecho a la autodeterminación, pero “está haciendo justo lo contrario porque la autonomía equivale a integración, y apoyarla es apoyar la ocupación armada”, reflexiona el profesor de Derecho Internacional en la Universidad de País Vasco Juan Soroeta. “Es grave porque España dice explícitamente que apoya la violación del Derecho Internacional, ya veremos qué cara pone el gobierno si en unos meses la Justicia Europea confirma la cancelación de los acuerdos de pesca y agricultura con Marruecos porque el Sáhara no le pertenece”.
Jorge Dezcallar es uno de los diplomáticos más prestigiosos de nuestro país. “Me sorprendió mucho enterarnos de algo así a través de un comunicado del Palacio Real de Marruecos citando una carta del presidente de España que era de cuatro días antes… creo que no se han explicado bien las cosas”, recuerda el que fue embajador en Rabat durante cuatro años. “Hay que tener buenas relaciones el problema es a qué precio y qué grado de confianza pones en la otra parte y aquí ha dado la sensación de que la presión de Marruecos ha conducido a este cambio de actitud, lo que proyecta una imagen de debilidad de nuestro país”.
Ceuta, Melilla, y el socio argelino
Tampoco le gusta que haya quien interprete que Marruecos renuncia a su reclamación histórica sobre Ceuta y Melilla (“nunca van a renunciar, quizá el tema esté dos o tres años parado pero eso tiene plazo de caducidad clarísimo”) y advierte del posible efecto en la en la otra gran potencia del Magreb (“la relación con Argelia obviamente ha conocido mejores momentos que el actual”).
Argelia ya ha llamado a consultas a su embajador en nuestro país y algunos señalan el suministro de gas como el siguiente campo en el que podría llegar alguna respuesta del país magrebí. Para Gonzalo Escribano, director del Programa Energía y Clima del Real Instituto Elcano, “Argelia siempre se ha caracterizado por cumplir los contratos firmados a largo plazo”, y “a medio plazo Italia seguirá siendo un socio prioritario para Argelia como ya lo es”.
Realpolitik frente a referéndum
El gas, la relación con Argelia y Marruecos, el futuro de Ceuta y Melilla, la responsabilidad histórica de España con el Sáhara Occidental… Todo se ha movido con una decisión que para algunos, como el embajador Dezcallar, no se ha sabido contar pero se puede entender por realismo: “Marruecos nunca va a organizar el referéndum, y hay algo que se llama realpolitik porque una cosa es el mundo de los ideales y otras el de las realidades”; mientras que para otros no aporta nada porque porque la solución hace tiempo que está sobre la mesa: “Es muy sencilla: hay un acuerdo concreto entre las partes para hacer un referéndum con este censo”, reclama el profesor Soroeta. “El censo ya está hecho por la ONU, pero el referéndum no se celebra porque Francia veta”. Si nuestro país vecino dejara de hacerlo, concluye, “se vota y se acabó el problema”
Rafa Panadero
Ha desarrollado casi toda su carrera profesional en la Cadena SER, a la que se incorporó en 2002 tras...