"Hay familias de aquí que apuestan porque sus hijos estudien en Samaniego, la pena es que no haya más y no puedan conocer su riqueza"
Integrantes de Steilas y la jefa de estudios del Colegio Samaniego reflexionan sobre el informe sobre segregación escolar elaborado por el sindicato e Ikusbide
Segregación escolar en Vitoria-Gasteiz: Informe del sindicato STEILAS
Vitoria
Vitoria es, por detrás de Madrid, la capital española donde más segregación escolar hay. Ejemplo en cifras de esta situación es que 3 de los 10 institutos de la ciudad congregan al 84% de alumnado de origen extranjero.
El sindicato Steilas e Ikusbide han querido ir más allá de los números y han elaborado un estudio en el que han dado voz a alumnos y alumnas de 4º de la ESO de origen extranjero que estudian en centros de los denominados segregados y los no segregados para comprobar cuáles son sus vivencias en diferentes aspectos y si estar en un centro u otro condiciona su rendimiento escolar, su expectativas de futuro, si tiene incidencia en la percepción de sí mismos o en lo que creen que piensa la ciudadanía vitoriana sobre ellos y ellas.
Entre otras conclusiones, el estudio habla de que en los centros escolares segregados su alumnado considera que sus notas son peores, tiene menos aspiraciones a cursar estudios superiores o hay más tendencia a expresar el deseo de abandono de los estudios. Además, un 60% asegura que no se siente de Vitoria-Gasteiz, una sensación que se reduce a más de la mitad entre quienes acuden a centros no segregados.
Pueden ser diversas las causas que propician ese sentimiento de no pertenencia a la ciudad, como la percepción que puede tener parte de esta juventud de estar de paso, pero -no obstante- es un fenómeno digno de tener en cuenta por las implicaciones sociales que pueda tener en un futuro.
A tenor de los datos obtenidos, el estudio concluye que la segregación escolar viola derechos y oportunidades del alumnado y que condicionan su vida personal, escolar y social.
Samaniego, la riqueza de la diversidad
Samaniego tiene un 60% de alumnado de origen extranjero en sus aulas de Secundaria y sube hasta el 80% en el caso de la Primaria. Se trata, por tanto, de uno de los centros con mayor concentración de esta tipología de alumnado de la ciudad. Su jefa de estudios, Marta Martín López, asegura que esa diversidad se vivencia en el centro como algo enriquecedor y que propicia unas experiencias y un ambiente escolar digno -dice- de ser exportado a otras escuelas.
Del otro lado de la balanza -reconoce- está también la dificultad que supone enfrentar el día a día por las diversas situaciones que se dan en una comunidad escolar con esas características. Situaciones relacionadas con el reto que supone para cierto alumnado cursar sus estudios en euskera, la incorporación o salida de alumnado a lo largo del curso, los esfuerzos que supone comunicarse con familias que no hablan castellano, etc.
Martín explica que hay familias autóctonas que apuestan porque sus hijos e hijas estudien en Samaniego, pero que lo deseable sería que hubiera más y que esos chavales y chavalas pudieran conocer la riqueza que surge en un colegio así. Es necesario, dice, ir más allá de los prejuicios. Esa mezcla en las aulas, además, reflejaría más fielmente la realidad que se vive efectivamente en la calle, donde el porcentaje de diversidad no es ni del 60% ni del 80%.
Steilas considera que para eliminar esta distorsión de la realidad social en la escuela es necesario apostar por un sistema público y único porque -aseguran desde el sindicato- está demostrado que donde la escuela pública es más fuerte se da una menor segregación escolar. Apuestan por una intervención estructural y consideran que las bases que se han acordado para la elaboración de la nueva Ley de Educación vasca no van a corregir esta situación. Es más, dicen que ya hay mucha legislación al respecto que nunca se ha puesto en marcha para evitar este fenómeno.