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Fútbol | Deportes

Los datos aplicados al negocio del fútbol: así funciona el Brentford, el equipo de David Raya

El equipo del último debutante con Luis Enrique tiene un modelo novedoso basado en el 'Big Data'

El Brentford consiguió su tan ansiado ascenso en Wembley / Catherine Ivill

David Raya debutó con la Selección Española el pasado sábado, algo impensable hace una década, cuando abandonó su Barcelona natal para poner rumbo a la cantera del Blackburn Rovers. El meta de 26 años ha tenido un ascenso meteórico hasta ser un jugador internacional, algo inexplicable sin un modelo como el del Brentford, que hace verosímiles los sueños de jugadores que no salen de grandes canteras.

Sin necesidad de tener a Brad Pitt en un rol protagónico o estar en los Estados Unidos, los Bees han hecho suyo el concepto del 'Moneyball'. Mediante una aplicación del 'big data' a unos niveles inimaginables en el fútbol hasta hace bien poco, Matthew Benham, el dueño del Brentford, ha conseguido que su club de la infancia malviviese en League One a volver a la élite en un tiempo récord.

¿Cuál es el secreto del Brentford?

Víctor Orta, el director deportivo del Leeds, otro de los directores deportivos que apuesta por el uso de los datos, lo tiene claro. "Los datos son baratos de conseguir, pero lo que da beneficios es el uso que se le dan", explicaba en un fragmento de 'Leeds United: Take Us Home', el documental que hizo su club. Esa filosofía es la que tuvo muy clara Benham desde un principio. Licenciado en física en Oxford y con experiencia en las apuestas deportivas, creo un modelo de predicciones basándose en los datos existentes que le permitió ganar millones con su empresa SmartOdds.

Matthew Benham antes de la final del playoff de ascenso a la Premier League del 2021

Matthew Benham antes de la final del playoff de ascenso a la Premier League del 2021 / Mike Egerton - PA Images

Esa experiencia usando los datos empezó a aplicarla de otra forma cuando cumplió el sueño de cualquier millonario: ser dueño del club del que es aficionado. Ya había aplicado su modelo de negocio en el FC Midtjylland danés, pero quería devolver al Brentford a la élite. Si bien ese es el objetivo de todos, pocos clubes en la situación del club londinense podían lograrlo. Tenían tradición, sí, pero el fútbol inglés muestra toda su crudeza con los clubes profesionales que quieren subir en su pirámide.

No podían competir con otros clubes, por lo que tendrían que detectar el talento antes que nadie. Pero, ¿cómo podían conseguirlo? Siendo Benham el dueño, la única manera era con números. A las ingentes bases de datos del club no iban a buscar estrellas, sino jugadores que podrían serlo, aunque nadie lo creyese en el momento.

Un modelo poco tradicional

Esa forma de crecer pronto dio resultados y el club comenzó su lento, pero consistente, ascenso hacia lo que quería Matthew Benham. Entonces, llegó la controvertida decisión de despedir a Mark Warburton pese a conseguir el ascenso a Championhsip (2ª división inglesa) y mantener al club muy lejos de los puestos de descenso. Si se observan los números, era incomprensible. Aunque, para Benham, lo incomprensible era no hacerlo observando los números: según sus métricas, y aunque habían logrado sus objetivos, el club había rendido por debajo de lo esperado.

Tras esa decisión que mostró el convencimiento total y absoluto del 'big data' en el club, llegó otra aún más sorprendente. En medio de una época en la que se intenta fichar el talento en sus primeras etapas formativas, el Brentford veía como continuamente se marchaban sus canteranos más prometedores a clubes más grandes. "Es lógico que los jugadores, con 16 o 17 años, quisiesen dar un paso más en su carrera y no quedarse en el Brentford", explica Jay Harris, periodista de The Athletic.

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Ante esa imposibilidad, los londinenses optaron por no seguir formando a jugadores que nunca debutarían en el primer equipo, eliminando toda su estructura de cantera. Si bien es algo inusual en el mundo del fútbol, para el Brentford tenía (y sigue teniendo) sentido. Solo quedó el equipo B, utilizando el modelo que ya funcionaba en el primer equipo: había que encontrar utilidad donde los demás no veían nada. Así, fueron rastreando los descartes de grandes canteras, dándoles una segunda oportunidad y, en la mayoría de casos, un puesto en el primer equipo si los datos acompañaban.

El éxito del Moneyball del Brentford

Si bien no son jugadores que sean estrellas en el fútbol de élite, hay varios ejemplos sobre la utilidad del negocio del Brentford para el club. Neal Maupay, fichado del Saint-Ettienne por dos millones de euros, dejó dos temporadas de mucho nivel Championship y fue vendido al Brighton por 22 millones de euros. Ollie Watkins, fichado del Exeter City por 5 millones de euros, arrasó en la segunda categoría del fútbol inglés y acabó yéndose al Aston Villa por 36 millones de euros, llegando a ser internacional inglés y uno de los delanteros más prolíficos de la Premier League. A ellos se le suman otros nombres ilustres que también dejaron beneficio deportivo y económico como Saïd Benrahma (ahora en el West Ham) o Ezri Konsa (ahora jugador del Villa e internacional absoluto con Inglaterra).

Gracias a esos datos y al dinero en caja, el Brentford fue edificando un equipo potente para conseguir el ascenso a la Premier League, valorado en más de 100 millones de euros y en un incalculable valor sentimental tras más de 70 años de espera para volver a la élite. Ese equipo, formado por los jugadores que llegaron con la filosofía de Benham, ha visto como ha aumentado el valor del club y los propios futbolistas. Buena cuenta de ello pueden dar los españoles David Raya y Sergi Canós, viendo como su carrera ha dado un paso adelante inimaginable hace unos años gracias al 'Moneyball', encontrando salidas donde solo había puertas cerradas.

Víctor Diéguez

Periodista según la UCM. Pasión por el deporte...