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Así vivían los romanos que cultivaban los campos de Fuenlabrada, Getafe o Leganés hace dos mil años

Una investigación de la UC3M analiza los modos de vida de los campesinos de la Hispania romana

Así vivían los romanos que cultivaban los campos de Fuenlabrada, Getafe o Leganés hace dos mil años

Así vivían los romanos que cultivaban los campos de Fuenlabrada, Getafe o Leganés hace dos mil años

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Fuenlabrada

El paisaje hoy en día de la zona de Loranca en Fuenlabrada, de Arroyo Culebro en Leganés o de Perales del Río está muy alejado (en el tiempo y en su diseño) de lo que había durante el Imperio romano.

Lo confirma Jesús Bermejo, profesor precisamente de la UC3M, que ha analizado junto con Ignasi Grau (Universidad de Alicante) la vida del campesinado en ese periodo basándose en los yacimientos romanos encontrados en esta zona sur de Madrid en este estudio: ‘The Archaeology of Peasantry in Roman Spain’ (Ed. De Gruyter).

Este informe se aleja de las urbes o las villas y se centra en esos otros asentamientos ya que la historiografía clásica “no refleja la condiciones de vida de la mayoría de la población de la Hispania romana que vivía en asentamientos más humildes como granjas o pequeñas aldeas”.

Eso haría que el paisaje del sur de Madrid estuviera plagado de estas unidades, se han estudiado apenas unas decenas de ellas, aunque es probable que su cantidad total sea de varios centenares. El desarrollo urbanístico desaforado desde los años 70 sacó a la luz muchos de estos restos.

Con ello se confirmó que el típico asentamiento de esta zona sería de “granjas cerca de los afluentes del Tajo, algo aisladas, de pequeño o mediano tamaño donde podían vivir dos o tres grupos familiares” o en algunos casos “aglomerados” que serían agrupaciones de varias de estas grandes, algo similar a una aldea.

El proyecto estudia el periodo que va del siglo I a.C. al IV d.C. “Son cinco siglos, así que hemos pretendido una visión de larga duración”, explica. Un proceso estable pero que al final vive diferentes cambios especialmente con las crisis del Bajo Imperio que provocan la aparición de grandes villas, que se colocan como focos de poder económico lejos de las ciudades.

Un día en la vida de un romano

“El modelo de explotación agropecuaria está más cerca de un modelo de subsistencia, con varios cultivos y actividades como vid, olivo, cereal o pequeñas manufacturas. Aunque para mitigar el riesgo de malas cosechas se diversifica, cultivando menos pero de varias cosas por eso hay también instalaciones para el procesado de productos como vino o aceite”, apunta Bermejo.

Este proyecto de investigación ha sido financiado por el programa de Atracción de Talento de la Comunidad de Madrid.

Uno de los descubrimientos de la investigación de la cerámica usada en esos asentamientos es que, aun siendo las mismas piezas que se usaban en entornos urbanos, se usaban durante más tiempo y de manera diferente. “Se usan de manera comunal”, como un gran plato del que comían o una jarra de la que bebían todos y también en las marcas de fuego que muestran una exposición más prolongada. “Se dejaba la olla a fuego lento antes de salir al campo”, desvela.

 
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