Rusia permitirá finalmente a Europa pagar por el gas ruso en euros ante la negativa de los países a cambiar las reglas del juego establecidas en los contratos, pero el mecanismo presentado hoy por el presidente ruso, Vladímir Putin, convertirá la divisa en rublos a través de cuentas en Gazprombank. «Ofrecemos a esos países un mecanismo claro y transparente: para comprar gas natural de Rusia deben abrir cuentas en rublos en bancos rusos. Los pagos por el gas suministrado se realizarán a través de estas cuentas a partir de mañana», ha sentenciado Putin. El mandatario ruso ha firmado hoy un decreto que establece el procedimiento para el pago en rublos por parte de los países «inamistosos», entre ellos todos los países miembros de la Unión Europea, del gas natural que reciben de Rusia. El Kremlin publicó a principios de marzo una lista de países considerados “enemigos” de Rusia, que incluye a todos los países que han tomado medidas contra el Estado y el gobierno ruso tras la invasión de Ucrania. Los países nombrados en el decreto eran: Australia, Albania, Andorra, Reino Unido, los estados miembros de la Unión Europea, Islandia, Canadá, Liechtenstein, Micronesia, Mónaco, Nueva Zelanda, Noruega, Corea del Sur, San Marino, Macedonia del Norte, Singapur, Estados Unidos, Taiwán, Ucrania, Montenegro, Suiza y Japón. Alemania y Francia, dos de los principales compradores de gas, han rechazado las demandas de Rusia de que los países europeos paguen su gas en rublos y han tildado de «inaceptable» la amenaza de incumplimiento de los contratos, comparándolo con un «chantaje». El ministro de Economía de Alemania, Robert Habeck, ha asegurado que Alemania está preparada para todos los escenarios, incluida la interrupción de los flujos de gas ruso a Europa. Asimismo, Reino Unido también ha descartado pagar el gas ruso en rublos. Además, un portavoz del primer ministro, Boris Johnson, ha precisado que el Gobierno británico ya vigila las implicaciones que para el mercado europeo puede tener la demanda del presidente ruso. Por su parte, Vladímir Putin también ha pronosticado una crisis alimentaria mundial y, como consecuencia, una nueva ola migratoria hacia los países europeos. «Tras la crisis alimentaria seguirá una nueva e inevitable ola migratoria, principalmente hacia los países europeos», ha dicho Putin. «También conllevará un aumento de la inflación global y un agravamiento de la desigualdad con una reducción del bienestar de millones de personas y en los países pobres (...) hacia la tragedia de una hambruna masiva», ha añadido. Asimismo ha criticado a los países europeos por «ignorar los intereses de sus ciudadanos sólo para satisfacer a sus amos del otro lado del océano» y apostar por un populismo falso en el que llaman a «comer menos, abrigarse mejor, ahorrar en calefacción y renunciar a viajar». El presidente ruso ha pronosticado que la renuncia al gas ruso significaría para Europa «una desindustrialización masiva y la destrucción de puestos de trabajo» en el marco del «incremento del coste de la generación de combustible y electricidad, los gastos comunales y la caída drástica del nivel de vida de los ciudadanos». «Justo ese es el precio que los dirigentes occidentales proponen pagar a la gente por sus ambiciones y cortedad de miras tanto en política como en economía», ha señalado. Putin también ha acusado a EEUU de intentar sacar rentabilidad de la actual inestabilidad mundial, como ya hicieron «durante la Primera y Segunda Guerra Mundial y sus agresiones contra Yugoslavia, Irak, Siria y demás». «Los mercados internacionales caen y el coste de las acciones de las compañías de la industria militar estadounidense no dejan de crecer», ha dicho.