3-1. La UD Ibiza se autoinmola ante el Amorebieta

Ibiza

La UD Ibiza ha caído en Lezama ante el Amorebieta después de perpetrar uno de los peores partidos de toda la temporada y en la recta final de la competición ofrece síntomas cada vez más preocupantes. Mäs allá de acumular cinco partidos sin ganar el juego es cada día peor.

Con la llegada del nuevo entrenador, Paco Jémez, se abrió una ventana a la ilusión, pero esta se ha cerrado bruscamente. Jémez estaba orgulloso de lo rápido que los futbolistas habían asimilado su método, pero tres meses después de su llegada da la impresión de que la plantilla ya no entiende lo que quiere su técnico y por momentos el equipo es un galimatías indescifrable. Un desbarajuste táctico, siempre con inferioridad en el medio campo, que permite a los rivales llegar con mucha facilidad al área ibicenca, con mil problemas para defender el juego aéreo y todo esto culminado cada semana por errores de bulto individuales que cuestan goles. Los partidos ante la Real Sociedad B y el Amorebieta se presentaban como claves para asegurar la permanencia. La realidad es que se ha sumado un punto de seis posibles y que habrá que seguir trabajando para garantizarse la salvación.

La UD Ibiza es en las últimas semanas un equipo que no se sabe muy bien si es carne o pescado. Ha perdido la chispa para generar ocasiones de gol desde la posesión, los futbolistas llegan siempre un segundo tarde a los balones divididos y sufre mucho atrás, porque se equivoca demasiado. Solo la falta de puntería y las paradas de Germán han evitado que el Amorebieta se haya ido al descanso con una renta cómoda.

Koldo Obieta, el delantero centro del conjunto vasco, ha tenido varias ocasiones claras, pero entre el portero de la UD y el poste han evitado el gol. También Guruzeta, el otro atacante de los locales lo ha probado, nada más arrancar el encuentro con parada de Germán y poco después a balón parado tras unas manos de Grima en la frontal, pero su disparo se ha topado con Germán, más seguro hoy, de lo poco salvable, aunque un error suyo en la salida del balón ha estado a punto de costarle caro.

El Amorebieta, mucho más intenso y vertical en su juego, ha puesto cerco a la portería ibicenca con un fútbol directo y aprovechando la fragilidad defensiva de los visitantes, sobre todo por la banda izquierda con un Escobar, que volvía a la posición de lateral tras su sanción, desconocido, superado en cada duelo individual, fallón en las entregas y sin presencia en ataque.

Al Ibiza lo han sostenido en los primeros 45 minutos la buena colocación de Diop en la medular, cortando balones y la diosa fortuna que ha evitado que el Amorebieta se pusiera por delante.. Pero no han aparecido en ningún momento los exteriores, Herrera y Jiménez, que son la principal amenaza de los de Jémez cuando están inspirados, pero que no han dado una derechas. Y sobre todo, la presencia de Guerrero en el once inicial como enganche empieza a ser un expediente X. Se sabe que está en el campo, pero no se sabe muy bien para que, porque no aporta nada en ataque.

Todo el potencial atacante ibicenco se ha limitado a una acción de Castel, demasiado individualista cuando ha llegado al área y no ha visto a un compañero en mejor posición y un par de saques de esquina, uno de ellos con cabezazo de Gálvez, otra de las novedades en el once inicial. Pero durante la mayor parte del primer tiempo el Ibiza no ha tenido fluidez alguno en su juego para llegar con peligro al marco rival.

Así se llegó al descanso y el segundo tiempo arrancó igual. y ya se sabe, tantas veces va el cántaró a la fuente que a los 49 minutos un saque de esquina lo cabeceaba a la red San José en otro balón bombeado al área mal defendido, otra cruz de los uibicencos en los últimos partidos.

Jémez debió verlo tan mal que al descanso había hecho tres cambios, EKain ppr Castel que se fue lesionado, Raúl por un inédito Álvaro Jiménez y Manu Molina por Javi Pérez. En realidad podía haber cambiado medio equipo. La suerte para los ibicencos fue que nada más verse abajo empató en una jugada de Herrera que remató Ekain, un ex del Amorebieta desde fuera del área. El fútbol tiene estas cosas, los locales necesitaron generar muchas ocasiones para marcar y el Ibiza con muy pocó también veía puerta.

Pero el juego de los despropósitos no había acabado. En otro centro lateral del equipo vasco empalmó de forma espectacular de chilena Irazabal y el balón que iba dentro pegó en la mano de Fran Grima. Penaltí y segunda amarilla para el lateral de la UD que dejaba a su equipo en inferioridad. Guruzeta no perdonó desde los once metros y volvía a poner a klos suyos por delante. Y sin tiempo para asimilar el golpe, Diop intenta ceder el balón a su portero y viendóse presionado opta por pegar un pelotazo y lo que hace es golpear al centro del área para que Obieta ponga la cabeza y marque el tercero a puerta vacía.

Con ese marcador la reacción del banquillo ibicenco fue quitar a Guerrero y poner en el campo a Appin. El reconocimiento de que en el medio campo hacía falta otro jugador de brega llegó cuando ya no había capacidad de reacción. Todo lo que vio hasta el final fue un ejercicio de impotencia ibicenca, de futbol deslabazado y sin ideas en medio de una lluvia torrencial. El Amorebieta renunció a atacar porque tenía el botín de los tres puntos y manda al Ibiza al diván. Habrá que seguir buscando hasta encontrarse. Y desear que no sea demasiado tarde, porque el colchón todavía es amplío, pero las sensaciones invitan poco al optimismo